• 18 de Abril del 2024
Luis Martín Quiñones

Luis Martín Quiñones

 

Para los deudos de las trece personas que hasta ahora han perdido la vida, la esperanza quedó sepultada en esta noche trágica

 

El principal afluente que nos alimenta del fluido vital se ha visto afectado en más de un 85 por ciento y espera, al igual que nosotros, las temporadas de lluvia

 

El viento con su cara de volcán separa los desperdicios que llegan hasta el techo, y una hojarasca juguetona que me rodea con sus susurros de lamentaciones

 

Llegar a viejo podría ser una fortuna. Pero un viejo olvidado y sin dinero, podría ser una desgracia

 

En un intento desesperado, sus dos mejores amigas le dieron el oxígeno de sus pulmones y el calor de sus almas

 

Había subido cumbres y montañas, había dejado atrás su pueblo y habíamos cruzado el camino de las aventuras en los vagones del ferrocarril

 

Todas las mañanas, aún enfermo, me asomaba al frío de aquellos días, veía la calle, los árboles, el tiempo pasar

 

Creyó, por un momento, que los doce años de Ruli ya habían sido suficientes y que el final estaba muy cerca

 

Ha dejado unas hojas sueltas, unas páginas en silencio; quizás en su última noche los demonios lo atormentaron

 

“El amor tal vez es una inversión de emociones de muy dudosas ganancias, una entrega que se debe disfrutar sólo con el placer de un momento fugaz”.

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