• 07 de Mayo del 2024
Márcia Batista Ramos

Márcia Batista Ramos

“Es inmoral matar a los ucranianos porque no quieren pertenecer al bloque ruso”. Orhan Pamuk

“El terror de Mariúpol será recordado en los siglos venideros”. Zelenski

Siempre pienso que la muerte es el otro lado de la vida. Fue así que me enseñaron, fue así que aprendí en los días placidos y silenciosos, cuando se hablaba en voz baja, después de recibir la noticia de la muerte de un pariente. Quedaban palabras sueltas: descanso, cielo, cuidado, estrella, ángel… También, subsistía la idea que aún me acompaña, de que la vida es una balada de transmigrar. No sé por qué.

hay una grieta en el alma humana / que no fue construida para pertenecer / por completo a la vida” Louise Glück

Ciertos olores, establecen una relación íntima con el tema de la memoria. Por eso, el piso lustrado con olor a bencina me recuerda las tardes de verano cuando me quedaba mirando el cuadro de los bisabuelos con sus rostros serios. Para mí, seres extraños, retratados sin voz, sin sonrisa, sin alma… La bisabuela con los labios sumamente delgados y los ojos azules vidriosos, en su seriedad, daba la impresión de que estaba eternamente enojada. Parecía misteriosa, con su pelo color tabaco, en un retrato monolítico, inmóvil, donde el camafeo de piedras preciosas colgado de una cadena de oro en su cuello, sobre la gola alta de encaje de su blusa, era lo que más llamaba mi atención. Lógicamente, que el bisabuelo pelirrojo con la cara pecosa, contrastando con sus ojos verdes, no pasaba desapercibido.

Estas imágenes quedaron para siempre en las paredes de mi memoria, como el reloj a cuerda, tan grande, que se quedaba como un objeto de lujo o de arte, sobre el aparador en el comedor de visitas.

El camino entre las experiencias vividas y las formas como los objetos son presentados al dar cuenta de la memoria personal, es interesante e intrigante. Por eso, ayer me sorprendí al abrir el cajón del escritorio, con olor a naftalina, me invadió una sensación de abandono y de ruina silenciosa. Allí estaba el puñal inerme en una gaveta casi vacía, si no fuera por su presencia carente de posibilidades, ya que no había una mano cualquiera que lo empuñara como simple extensión de una conciencia, ese objeto me hubiera transmitido miedo.

Sinceramente, me hubiera gustado encontrar en el cajón, el viejo camafeo con la cadena de oro o por lo menos, un mantel de lino blanco, bordado en punto cruz.

Un mantel blanco bordado en punto cruz siempre estuvo, impecable, en la mesa de mi abuela que, olía a queque recién horneado. Y ella, al igual que sus hermanas, comentaba que a su madre le gustaba hacer todo tipo de bordados y que se entretenía haciendo pintura a la aguja, un bordado realizado en punto cordoncillo, para llenar o reseguir la silueta de los dibujos, hasta cubrir completamente el tejido base. Normalmente, la bisabuela utilizaba hilo de seda para realizar sus obras.

Pero, encontré un puñal con la punta muy afilada. No recuerdo quién me dijo que el filo del puñal se concentra en la punta, no en la hoja delgada que depende de la fuerza de un brazo para ser enterrada. La hoja no tiene filo. El puñal es un arma blanca que está diseñada para matar personas o animales, cuya hoja es triangular. Los hombres lo pensaron y constituyeron para un fin muy preciso: matar.

Yo nunca aprendí a bordar, ni a ensartar el hilo a una aguja. Extrañamente, aprendí, no recuerdo dónde, que el puñal solo hiere con la punta.

 

***

 

Biografía:

Márcia Batista Ramos, brasileña. Licenciada en Filosofía-UFSM. Gestora cultural, escritora, poeta y crítica literaria. Editora en Conexión Norte Sur Magazzín, España; columnista en Inmediaciones, Bolivia, periodismo binacional Exilio, México, archivo.e-consulta.com, México, revista Madeinleon Magazine, España y revista Barbante, Brasil. Publicó diversos libros y antologías, asimismo, figura en varias antologías con ensayo, poesía y cuento. Es colaboradora en revistas internacionales en 22 países. Editor adjunto de la Edición Internacional de Literatura China (a cargo de la Federación de Círculos Literarios y Artísticos de Hubei, China).

 

Un día dejamos de ser nosotros para ser yo y el otro. Entonces, creo que probé el fruto del árbol del olvido y viajé a otras latitudes

 

Trato de no pensar, pero, muchas cosas me vienen a la mente. Miles de imágenes, ideas, palabras que no logro atrapar cuando estoy sobrio

 

El mal se viste de traje y muestra su rostro conocido en la televisión. Todos sabemos que en el próximo verano no habrá cosecha

 

Charly fumaba marihuana y tomaba la sexta cerveza fría con un amigo más viejo, también poeta

 

Recuerdo que el verano llegaba con la alegría de los helados y con la expectativa de las navidades y las vacaciones

 

Tuvimos que ver las heridas, la sangre que tiñe la nieve y un país en escombros que será nuestra herencia

Página 17 de 32