Pues bien, cuando Enrique Doger Guerrero llegó al Ayuntamiento de Puebla, nombró a un grupo de estos policías y agentes viales al frente de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito municipal. Humberto Vázquez Arroyo, quien ahora vive fuera del estado, fue nombrado secretario; en la Dirección de la Policía Municipal estaba Carlos Cárdenas Ramírez, y su subdirector fue Manuel Alonso García. En Tránsito municipal, el titular fue Héctor Guerra Montiel. Todos ellos, miembros de la agrupación de marras, la cual no operaba todavía a sus anchas, hasta pasado el primer semestre del gobierno del exrector de la BUAP. De Guerra Montiel, una anécdota era cómo manejaba el tema de la corrupción de sus subalternos con los medios de comunicación. Una frase que acuñó en el 2005 fue como, digamos, su lema: “La corrupción es un tema de dos: el que pide y el que da; el que ofrece y el que toma, y en cualquiera lado se tiene que romper esa cadena”. Luego de que fue dado a conocer por el periodista Fernando Maldonado, en su columna “Parabólica”, el fallecimiento del comandante, pues no queda más que el recuerdo de una época que ya fue. La Hermandad prácticamente fue desintegrada por el finado Miguel Barbosa Huerta, y con la salida de Alejandro Ramírez Ulloa de la Policía Auxiliar, sus miembros están fuera del ámbito policial en el estado, dominado actualmente por elementos en activo de la Marina y el Ejército Mexicano.
Es cuanto.