Estudiantes de diversas universidades estadounidenses han protagonizado protestas contra la guerra entre Israel y Hamás, manifestándose en contra de los vínculos financieros de las instituciones educativas con Israel y empresas asociadas al conflicto.
Aunque muchas universidades permanecieron tranquilas el domingo, se han registrado arrestos, elevando la cifra total a alrededor de 900 personas detenidas en todo el país. Estas acciones han generado tensiones y críticas hacia las autoridades universitarias, que enfrentan la presión de resolver las protestas antes de las ceremonias de graduación en mayo.
Las decisiones de recurrir a las fuerzas de seguridad han desencadenado reacciones adversas por parte de los manifestantes, mientras que figuras políticas como el vocero del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, instan a que las autoridades locales gestionen las manifestaciones. Sin embargo, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, ha calificado la situación como "peligrosa" y ha responsabilizado a las autoridades universitarias, condenando también los actos de antisemitismo.
El origen de las protestas se remonta a la Universidad de Columbia en Nueva York, donde las negociaciones entre estudiantes y administradores continúan. En otros lugares como la Universidad de Washington en San Luis y la Universidad del Sur de California (USC), las acciones policiales han sido más contundentes, con cierres de campus temporales y detenciones masivas. En Boston, el desalojo de un campamento en Northeastern University culminó con más de cien arrestos y acusaciones de comportamiento antisemita.
Las protestas en los campus universitarios surgieron en respuesta a la escalada de violencia en Gaza, con ataques de Hamás en Israel seguidos por una ofensiva israelí en la Franja de Gaza, que ha dejado un saldo considerable de víctimas. Aunque Israel y sus partidarios han etiquetado algunas manifestaciones como antisemitas, los organizadores sostienen que son pacíficas y buscan defender los derechos de los palestinos y protestar contra la guerra.
En medio de este panorama, las autoridades universitarias se encuentran en un delicado equilibrio entre garantizar la seguridad en el campus y respetar el derecho de los estudiantes a expresar sus opiniones. Las protestas continúan siendo un punto de tensión en la comunidad estudiantil y una preocupación para las instituciones educativas, que buscan abordar el conflicto de manera equitativa y pacífica.
