Gaby Bazán
@gabypbazan
Las mujeres no son un tema de moda, desde siempre han estado en la historia solo que no dejaban que estuvieran en el momento de escribirla. En la actualidad, esto va transformándose, lo podemos observar en la representación del 50% de la población participante en París, logrando así la paridad de género. Lo que significa que, gracias a un incansable esfuerzo de las mujeres deportistas, están rompiendo estereotipos y abriéndose caminos.
Reconocer este logró es importante, ya que el acceso ha sido desigual al subirse al podio olímpico en la mayoría de las disciplinas a largo de la historia. Desde 1896 en los Olímpicos de Atenas, Grecia, la participación de mujeres era inexistente, en 1990 representaron el 2.2 % de competidores/as. Es hasta 2012 que por primera vez en los Juegos de Londres las mujeres pudieron competir en todas las disciplinas, conformando el 44% de deportistas participantes. Por lo tanto, París se coloca como los Juegos Olímpicos con mayor igualdad de género en la historia del mundo.
Esta transformación también se ha dado en los medios de comunicación, ya que este año se han contratado mayor mujeres comentaristas deportivas, también debido al despertar del interés mediático, existirá una mayor cobertura de prensa en los deportes femeninos y transmisión en horarios estelares.
Otro de los enfoques que debemos observar es el económico, lo refleja la revista Forbes 2024 mostrando que no hay ninguna mujer en los 100 deportistas mejor pagados en el mundo. Por lo tanto, las desigualdades continúan desfavoreciendo a las mujeres, en la brecha salarial, menor apoyo en patrocinios, menos tiempo al aire en transmisiones y condiciones de discriminación.
A pesar de los esfuerzos e iniciativas para avanzar, una problemática que no se ha podido detener es la violencia que experimentan las mujeres en diferentes contextos y entornos deportivos. La valentía de las mujeres que han salido a dar voz al sufrimiento que viven mientras entrenan y compiten, ha permitido la visibilidad del acoso y hostigamiento, sin embargo, con frecuencia vienen consecuencias que impactan negativamente en su vida desertando de su actividad deportiva.
Por esto y más, ha sido complicado que ellas mantengan un liderazgo en el deporte, así como el interés de las mujeres para continuar participando, rompiendo barreras que marquen la diferencia e impulsen a otras mujeres a seguir brillando en la historia de los Juegos Olímpicos.
Para las niñas observar estas acciones fortalecen el aprendizaje en el sentido de desarrollar autoestima, confianza y trabajo en equipo, entre más temprano desarrollen deportes tendrán un mayor alcance de su potencial. Las mujeres deportistas profesionales son modelos influyentes para las jóvenes aficionadas al deporte, por lo que aporta significativamente a la construcción de la igualdad, la garantía de los derechos humanos que todas las personas merecemos y un avance real a toda la sociedad.
Hasta la próxima
Gaby Bazán @gabypbazan
