• 06 de Julio del 2024
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T-MEC y la propiedad intelectual, inicia la revisión

 

 

Humberto Rodríguez Murrieta

En términos de innovación y propiedad intelectual, el T-MEC ha apoyado y dado seguimiento a las instituciones y autoridades mexicanas a implementar mejoras significativas para proteger las invenciones (patentes, modelos de utilidad o modelos industriales) y marcas mexicanas. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que entró en vigor el 1 de julio de 2020, tiene un impacto significativo en el sistema de propiedad intelectual (PI) en México.

Aquí están algunos aspectos clave:

  1. Tratados internacionales: El T-MEC requiere que las partes ratifiquen o accedan a varios tratados internacionales relacionados con la (PI). Aunque México ya era parte de la mayoría de estos tratados, el T-MEC refuerza su compromiso con estándares más altos.
  2. Marcas e Indicaciones Geográficas (IG):
    • Protección y gestión a marcas no tradicionales (como marcas sonoras u olfativas) y marcas colectivas.
    • El sistema de oposición de marcas es obligatorio ejercerlo.
    • Aunque la protección de (IG) no es imperativa, el T-MEC establece estándares para su procedimiento en la protección.
  3. Licencias de marcas: El T-MEC prohíbe el registro de licencias de marcas como condición para establecer su validez. Esto otorga más flexibilidad a los titulares de marcas en México.

El comercio regional entre los tres países tiene una serie de beneficios significativos, principalmente en los siguientes temas del panorama económico y comercial:

Incremento del comercio: El T-MEC ha establecido un andamiaje para un mayor intercambio de bienes y servicios entre México, Estados Unidos y Canadá. Eliminando barreras comerciales y simplificando los procedimientos aduaneros, el acuerdo fomenta un flujo más fluido de productos entre las fronteras, lo que puede traducirse en un aumento de las exportaciones e importaciones y, en última instancia, en un crecimiento económico sostenido.

Modernización del acuerdo: Al actualizar y modernizar el anterior Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el T-MEC ha incorporado disposiciones pertinentes a la economía actual. Desde regulaciones sobre comercio electrónico hasta normativas sobre propiedad intelectual, el acuerdo refleja las realidades y desafíos del siglo XXI, lo que garantiza un marco regulatorio más eficiente y adaptado a las necesidades actuales.

Protección laboral y ambiental: Una de las piedras angulares del T-MEC es su enfoque en la protección de los derechos laborales y ambientales. El acuerdo establece estándares mínimos en materia de trabajo digno y medio ambiente sostenible, buscando mejorar las condiciones de los trabajadores y promover prácticas comerciales más responsables y respetuosas con el medio ambiente.

Certidumbre para las inversiones: Con un entorno regulatorio más claro y estable, el T-MEC brinda mayor certidumbre a los inversionistas, lo que puede estimular la inversión extranjera directa y fortalecer los lazos comerciales entre los países participantes. Esta seguridad jurídica es fundamental para impulsar la confianza y fomentar un clima propicio para el crecimiento económico y la creación de empleo.

Competitividad empresarial: Al fomentar la cooperación y la integración económica regional, el T-MEC impulsa la competitividad de las empresas en el mercado global. Al aprovechar las ventajas comparativas de cada país y facilitar el acceso a nuevas oportunidades comerciales, el acuerdo promueve un entorno más dinámico y favorable para el desarrollo empresarial.

Protección de la Propiedad Intelectual: Reconociendo la importancia de la innovación y la creatividad en la economía moderna, el T-MEC refuerza las protecciones para la propiedad intelectual. Esto no solo protege los derechos de los titulares de propiedad intelectual, sino que también fomenta un ambiente propicio para la innovación y el desarrollo tecnológico en los tres países.

Con objeto de fortalecer aún más la propiedad intelectual, el T-MEC contiene disciplinas en materia de derechos de autor, marcas, indicaciones geográficas, patentes, protección de datos no divulgados, diseños industriales, secretos industriales, esquema de limitación de responsabilidad de proveedores de servicios de Internet y disposiciones en materia de observancia. Lo anterior abonará al Estado de Derecho entre los tres socios.

En resumen, el T-MEC moderniza el régimen de protección a la propiedad intelectual en México, fomentando la innovación y proporcionando certeza jurídica.

 

Humberto Rodríguez Murrieta