• 14 de Diciembre del 2024
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Julian Assange obtiene permiso para apelar contra su extradición a Estados Unidos

Enfrenta 18 cargos en Estados Unidos por la publicación de documentos secretos a través de WikiLeaks, considerada una de las mayores violaciones de seguridad en la historia militar del país

 

El Tribunal Superior de Londres concedió a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, la posibilidad de apelar contra su extradición a Estados Unidos. La decisión se basó en la preocupación de que Assange no pueda ejercer su derecho a la libertad de expresión en un tribunal estadounidense.

Assange, australiano de 52 años, enfrenta 18 cargos en Estados Unidos, principalmente bajo la Ley de Espionaje, por la publicación de documentos secretos a través de WikiLeaks, considerada una de las mayores violaciones de seguridad en la historia militar del país.

En marzo, el Tribunal Superior había permitido provisionalmente la apelación de Assange, sugiriendo que podría ser discriminado por ser extranjero, y solicitó a Estados Unidos que presentara garantías al respecto.

Tras la audiencia del lunes, dos jueces de alto rango determinaron que el argumento de Assange sobre la posible vulneración de su derecho a la libertad de expresión en Estados Unidos merecía un llamamiento completo, proceso que podría extenderse varios meses.

La noticia provocó celebraciones entre los seguidores de Assange, quienes se reunieron fuera del tribunal con pancartas y gritos de "¡Libre, libre Julian Assange!". Su esposa, Stella Assange, expresó alivio, aunque cuestionó cuánto tiempo más puede prolongarse esta situación. "Los Estados Unidos deberían reconsiderar y abandonar este caso ahora", afirmó, señalando que el fallo representa un punto de inflexión.

El Tribunal Superior había solicitado a Estados Unidos garantías sobre el trato que recibiría Assange, incluyendo el respeto a su derecho a la libertad de expresión y la no imposición de la pena de muerte.

Edward Fitzgerald, abogado defensor de Assange, aceptó la garantía de que no sería condenado a la pena capital, pero cuestionó si su cliente podría confiar en la protección de la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza la libertad de expresión y de prensa.

James Lewis, representante del gobierno de Estados Unidos, argumentó que las acciones de Assange no están protegidas por la Primera Enmienda, dado que se relacionan con la publicación de información de defensa nacional obtenida ilegalmente, poniendo en riesgo a fuentes de inteligencia.

Implicaciones y estado de salud de Assange

Assange, ausente de la audiencia debido a su delicado estado de salud, se enfrenta a una posible condena de 175 años de prisión en Estados Unidos por la publicación de más de 700 mil documentos clasificados desde 2010, relacionados con actividades militares y diplomáticas de Estados Unidos en Irak y Afganistán.

Su esposa y defensores han alertado sobre el deterioro de su salud durante su reclusión en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en Londres. Diversos informes psiquiátricos han señalado un riesgo significativo de suicidio en caso de extradición.

Amnistía Internacional celebró el fallo como una rara noticia positiva para Assange y los defensores de la libertad de prensa. Simon Crowther, asesor jurídico de Amnistía, advirtió que el intento de Estados Unidos de procesar a Assange pone en riesgo la libertad de prensa a nivel global, cuestionando el compromiso del país con la libertad de expresión.

Los seguidores de Assange, reunidos desde temprano en el tribunal, consideran que su caso representa una batalla crucial por la libertad de prensa. Jenny West, una escultora de 83 años presente en la manifestación, afirmó que Assange "representa a todos los demás periodistas" y describió la situación como una urgente cuestión humanitaria.

Assange fue arrestado en 2019 por la policía británica después de pasar siete años refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres para evitar su extradición a Suecia por un caso de presunta violación que fue desestimado en el mismo año. Sus partidarios sostienen que Assange expuso irregularidades en el ejército estadounidense y que su batalla legal es un símbolo de la lucha por la libertad de prensa. Washington, por otro lado, argumenta que Assange y WikiLeaks pusieron vidas en peligro al divulgar documentos que incluían nombres de fuentes de inteligencia.