En una tragedia sin precedentes, la provincia de Herat, en el oeste de Afganistán, fue sacudida el 7 de octubre por una serie de siete terremotos, seguidos por devastadoras réplicas, que han dejado un devastador saldo de 2 mil 053 muertos y 9 mil 240 heridos, hasta ahora. Este desastre se posiciona como uno de los peores sufridos por el país desde 1998, y es el más mortífero desde que los talibanes retomaron el poder en agosto de 2021.
Los terremotos, con epicentro a 35 km al noroeste de la ciudad de Herat, incluyeron uno de magnitud 6.3, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), y se ubican entre los sismos más mortíferos del mundo este año, junto con los terremotos en Turquía y Siria que causaron alrededor de 50 mil muertes en febrero.
Janan Sayeeq, portavoz del Ministerio de Desastres, informó que hasta el momento se han registrado 2 mil 400 muertos, 9 mil 240 heridos y mil 320 casas dañadas o destruidas, cifras que han aumentado desde los 500 fallecidos comunicados inicialmente por la Media Luna Roja. La zona, fronteriza con Irán, ha movilizado 10 equipos de rescate para brindar asistencia.
Más de 2 mil 500 personas han sido trasladadas a hospitales, principalmente mujeres y niños, mientras que en el exterior del principal hospital de Herat se han colocado camas para atender a la gran cantidad de víctimas.
La provincia de Herat, situada en el oeste de Afganistán, en la frontera con Irán, fue el epicentro del primer sismo, de magnitud 6,3.
— RT en Español (@ActualidadRT) October 8, 2023
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La situación es crítica, y se requiere urgentemente alimentos, agua potable, medicinas, ropa y tiendas de campaña para el rescate y la ayuda a los damnificados, según Suhail Shaheen, jefe de la oficina política talibán en Qatar.
El patrimonio histórico también sufrió daños, con los minaretes medievales de Herat mostrando grietas visibles y tejas caídas. Afganistán, situado en una región propensa a los terremotos, ha experimentado numerosos eventos sísmicos a lo largo de los años, especialmente en la escarpada región del Hindu Kush, en la frontera con Pakistán.
Sin embargo, la tragedia en Afganistán se agrava debido a la difícil situación del país, aislado y sin asistencia financiera desde la toma de poder por parte de los talibanes en agosto de 2021. Además, la infraestructura debilitada y las operaciones de socorro obstaculizadas por décadas de guerra complican aún más la respuesta a esta emergencia.
Este desastre se suma a una larga lista de terremotos mortales en Afganistán en las últimas décadas, incluyendo a los ocurridos en 1998, 2002, 2012, 2015 y 2022, que han dejado miles de víctimas y resaltan la vulnerabilidad sísmica de la región.
La comunidad internacional se enfrenta a un desafío inmenso para brindar la asistencia necesaria a la población afectada en medio de la difícil situación política y humanitaria que vive Afganistán.