La paranoia de Estados Unidos se acrecentó durante la Segunda Guerra Mundial, ya que peleaban contra dos enemigos, uno más real que el otro: los nazis y los comunistas. Veían zurdos (de mierda, como dice Javier Milei, el libertario argentino) hasta en la sopa. Millones de personas estuvieron bajo investigaciones que violaban cualquier derecho humano, confesiones sacadas con las más medievales herramientas de tortura, en pleno Siglo XX. Y había verdaderos fanáticos que radicalizaron los procesos. Era peor ser comunista que ateo en la época de la Inquisición. Cuántas vidas destrozaron por la simple sospecha de pensar diferente o criticar al establishment. Millones. Ahora con el ascenso en Estados Unidos del tecnofascismo, se muestra cada vez más evidente que se trató de un error. Aún cuando la URSS dejó de existir antes de terminar la centuria, desde la Unión Americana se siguió creando la narrativa de que Rusia, ahora más occidentalizada, seguía siendo el enemigo más grande, lo que Europa siguió y sigue creyendo a pie juntillas. Tanto, que ahora, por ejemplo, va a convertir sus fábricas de autos en armadora de material bélico, con la excusa de protegerse de los enemigos. Sin Cortina de Hierro, sin Soviets, siguen viendo comunistas en donde no están. Si Donald Trump termina la guerra en Ucrania, los europeos van a querer abrir otro frente, por puro miedo a que los invadan, cuando no hay una amenaza de que Vladimir Putin quiera hacerlo. La narrativa del miedo, cocinada con elucubración, es peligrosa.
Es cuanto.
Pierden apoyo aranceles
El viernes, FOX News, el medio de la ultraderecha por excelencia, publicó una encuesta bastante reveladora del sentir del gringo, gringa, promedio. El 56 por ciento de las y los estadounidenses están en contra de que se impongan aranceles a productos de México, mientras que 43 por ciento están de acuerdo con estas tarifas. Caso contrario a lo que ocurre con China, donde el 55 por ciento dijo estar a favor de los aranceles contra este país y el 44 por ciento se manifestó en contra. Sobre Canadá, la opinión en contra de los impuestos fue del 61 por ciento y solo el 38 por ciento dijo estar de acuerdo. Poco a poco, lo más rabioso de la política económica pierde apoyo. Aún faltan 9 días para ver si Trump se atreve a darse el famoso balazo en el pie.
Es cuanto.