Se trata de una obra a la que se le invirtieron 2 mil 800 millones de pesos, por lo que Puebla se ubica como la entidad con mayor desarrollo en materia educativa, que se suma a Ciudad Universitaria 2 de la BUAP, y el IPN que arrancó en Ciudad Modelo. Por supuesto, esto es gestión del actual mandatario. Pero no sólo eso, el gobernador electo, Alejandro Armenta, puso su granito de arena, al ofrecer a Sheinbaum un predio de 3 hectáreas para el Programa Nacional de Vivienda del Bienestar. Con esto, verá que en la entidad se está chambeando.
Es cuanto.
A falta de Franja, el “Ame”
Caray, qué gacho han de sentir aquellos fans de La Franja. Que la única forma de disfrutar una final de fútbol mexicano sea con el odiado rival, Las Águilas del América. Desde 1992 que el Puebla no se mete a un partido de este calibre, el que defina al campeón del balompié. Mucho antes de que existieran los torneos cortos, pues se realizaban temporadas anuales de 38 partidos. Aquél año, la escuadra camotera no logró el campeonato ante el Club León. Era jueves 4 de junio de 1992, una tarde que, por una parte, estaría destinada para el olvido, pero el clima tendría otros planes: cayó una mega tormenta que provocó lesiones y un 0-0 que dejaba todo para la vuelta en el Nou Camp, donde Los Panzas Verdes se llevaron la victoria en tanda de penales. Aquel fatídico domingo, también, llovió cuando entró el último gol. Fue cuando “Puebla lloró”. Ahora, por gestiones de la Liga MX y los clubes, decidieron traer el dos veces mundialista Estadio Cuauhtémoc la final de ida, de nuevo, entre el “Ame” y Monterrey. ¿Por qué? Hay eventos en la vecina Plaza México, junto al estadio de la Ciudad de los Deportes, y por reglamento, no debe haber actividades simultáneas, o amenaza de clausura. Los americanistas, y uno que otro norteño perdido en la Angelópolis, disfrutarán del juego. Caray.
Es cuanto.