Natalia López
El pasado viernes 22 de marzo celebramos el Día Internacional del Agua y este año hay que tomarlo más en serio que nunca.
En la CDMX el llamado día CERO está más cerca de lo que nos imaginamos, según datos de CONAGUA podría ser el próximo 26 de junio debido a las altas temperaturas y las sequías que se han registrado en este año.
Solo el 3% del agua del planeta es agua dulce, de ese 3% solo una cuarta parte se utiliza para consumo humano y para la industria, las otras tres cuartas partes se utilizan para el campo.
En México contamos con 32.4 millones de hectáreas destinadas a la cosecha, de las que 21% cuentan con riego y 79% restantes dependen de la lluvia.
El día CERO implicaría que el suministro tendría que ser racionado, como pasó en Nuevo León o incluso como pasa en algunas zonas de nuestro estado. ¿Cómo podemos ayudar a que esto no suceda?
Con pequeñas acciones en nuestro día a día que llevamos años conociendo como cerrar la llave cuando no la estás utilizando, poner una cubeta en la regadera para recolectar el agua que no usas y reutilizarla en otras áreas del hogar, entre otras.
Pero el verdadero reto de nuestra generación es desarrollar nuevas tecnologías que nos permitan sanear nuestros ríos, lagos y lagunas, hacer más eficiente el riego en los campos, legislar a favor del cuidado y máximo aprovechamiento del agua y vigilar que esto suceda para que nuestras próximas generaciones puedan contar con acceso al agua libremente.
