Israel Mendoza Pérez
@imendozape
La pacificación del país en manos de la Guardia Nacional, bajo el mando de David Córdova Campos, es insuficiente. La reciente ola de violencia en los estados de Zacatecas y Guerrero es la muestra del avance e impunidad por parte de los grupos criminales empoderados en los estados gobernados por morenistas.
En el contexto del proceso electoral son funcionarios y políticos de todos los niveles los objetivos principales en la creciente burbuja de violencia en la que se encuentra el país. El ataque a Juan Pérez Guardado, funcionario de Zacatecas y cuñado del senador Ricardo Monreal, por parte de sujetos armados quienes le dispararon de forma directa es parte de esa andanada de ataques a personajes ligados a la política. A la par el asesinato de Cecilio Murillo hermano del alcalde de Sombrerete, en Zacatecas es un claro mensaje contra la cuatroté. La rebelión del crimen organizado está en la agenda electoral. Ese es un riesgo latente en los próximos 113 días.
Para reforzar la estrategia de seguridad en el país, se requiere contar con más elementos en las filas de la Guardia Nacional. Así como trabajar en los tres órdenes de gobierno, ya que de seguir en distintos canales de operación contra los grupos criminales solo se atomizan los esfuerzos y los resultados se vuelven etéreos.
En la actualidad, la Guardia Nacional cuenta con un número aproximado de 125 mil efectivos y la lucha contra las bandas del crimen organizado se desplazan a lo largo y ancho del país. Territorio que no se cubre por mejores intenciones que se tengan de pacificar al país.
Y es que el proceso de debilitamiento del cuerpo policiaco-militar se descompone en su interior, ya que en 2020, se reportaron 1,185 bajas, estas se dividen de la siguiente manera: agentes 91; agente mayor 73; comisario cinco; comisario jefe tres; director 12; director general uno; enlace 14; guardia uno; inspector 37; inspector general cinco; inspector jefe 20; jefe de departamento 25; jefe de unidad dos; oficial 92; primer subinspector 36; subagente 426; subdirector 23 y suboficial 319.
En tanto, que en 2021 ocurrieron 1,683 bajas, ella se dio así: agentes 85; agente mayor 92; comisario 18; comisario general dos; comisario jefe uno; director 90; director general 18; enlace 40; inspector 123; inspector general 32; inspector jefe 68; jefe de departamento 73; jefe de unidad tres; oficial 184; primer subinspector 169; segundo subinspector dos; subagente 227; subdirector 91 y suboficial 365.
Estos datos y la falta de regionalización de la Guardia Nacional es lo que muestra esa parte débil en la estrategia de pacificación. Otro caso de ataque a personajes políticos ocurrió en la autopista del Sol donde se presentó la agresión contra dirigentes de Movimiento Ciudadano. Los emecistas fueron golpeados y retenidos por algunos minutos, para posteriormente ser liberados. Julián López Galeana, dirigente de emece en Guerrero fue uno de los agredidos junto con Deyanira Uribe Cuevas, coordinadora de Mujeres en el estado ambos regresaban de la Ciudad de México con rumbo a Acapulco cuando fueron interceptados por un comando armado. Los retuvieron y maniataron, luego de revisarlos y no ser los objetivos los dejaron en libertad.
Y así, la gobernadora Evelyn Salgado entrega saldos rojos en su estado, otro caso fue el asesinato del exfiscal de Recuperación de Vehículos de la Fiscalía General del Estado (FGE), Julio César Cruz Apac, y a un exagente del Ministerio Público Federal (MPF), Víctor Alonso Mendoza Castillo, en Iguala, Guerrero. La Guardia Nacional está rebasada y el crimen organizado desatado en estados gobernados por Morena donde los resultados son débiles y la estrategia es solo de reuniones, no de una operación contundente.