Hay grupos en el Poder Judicial del Estado de Puebla que, pese a su resistencia, deberán asumir la reforma de fondo que está en marcha, porque no se consentirán privilegios, ni que la justicia esté alejada de los poblanos y poblanas, advirtió el presidente del Consejo de la Judicatura, Carlos Palafox Galeana, a cuatro meses de aprobados los cambios constitucionales.
En entrevista con Exilio e Hipócrita Lector, advirtió que, si bien no habrá “ataduras con el pasado”, en la implementación de la Reforma Constitucional, tampoco habrá “olvido” para quienes cometieron delitos.
Sin preguntas pactadas y sin temas vetados en la conversación, el magistrado hizo un recuento de los escollos que el Poder Judicial ha enfrentado en la implementación del texto que fue enviado para su aprobación al Congreso del Estado, por el entonces gobernador Miguel Barbosa Huerta, para terminar con la discrecionalidad y la corrupción en la aplicación de la ley en territorio poblano.
Palafox Galeana dice que en el camino de la reforma, para acabar con el “todopoderoso” y con los funcionarios, jueces y magistrados de “primera, segunda y tercera” categorías, para democratizar su actividad y el uso de los recursos, el Poder Judicial no esquivará las irregularidades, ni meterá bajo la alfombra la basura.
“Se están investigando (la corrupción), se han presentado denuncias. También es cierto que tenemos que corregir el rumbo para hacer las cosas de manera diferente, porque no basta con encontrar que algo se hizo mal y seguir haciéndolo de la misma manera”.
En el patio central de Ciudad Judicial, Carlos Palafox Galeana responde todas las preguntas y también reconoce que ha habido ataques mediáticos de quienes defienden la corrupción del pasado y también amenazas. De cualquier modo, no habrá freno ni pausa a los cambios, adelanta.
Las resistencias
El magistrado presidente del Consejo de la Judicatura aclara que hay grupos dentro del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que no ven bien los cambios, pero que deberán respetarlos.
Se trata de personas acostumbradas a la falta de transparencia y que afectaban, incluso, el trabajo de los jueces.
“La gran mayoría de los servidores públicos del Poder Judicial, de todos los niveles, ya estaban ávidos de que sucediera este cambio, de que cambiaran las cosas, ya no era posible continuar igual”.
Y es que antes del nuevo sistema de justicia, por ejemplo, había magistrados de primera y de tercera, con inequidades en la aplicación de recursos que, asegura, ya no existen. Todos son iguales.
Aunque la reforma no tiene más de cinco meses, en ese tiempo también ha obligado a los integrantes del Poder Judicial a convivir, a respetar las ideas de sus integrantes y a hacer cambios en la atención a los ciudadanos, que ya se reflejan en la cotidianidad.
Sin “todopoderoso”
Acabar con la individualización del poder, con el final del “todopoderoso” del sistema judicial, fue uno de los propósitos de Miguel Barbosa Huerta, quien impulsó las modificaciones al sistema de justicia, recuerda Carlos Palafox Galeana.
“Era una reforma no sólo necesaria, sino indispensable para que se generaran nuevas condiciones de cohesión social, así lo proyectó y lo propuso el entonces gobernador Barbosa, y así lo comprendió y lo asumió el Legislativo (…)
“Antes era la individualización del ejercicio del poder con un presidente o una presidenta de un Tribunal que era el ‘todopoderoso’ del sistema judicial, a una institucionalización del poder en donde se dividen dos grandes ramas, la rama jurisdiccional en donde están el Tribunal Superior de Justicia, el Tribunal de Justicia Administrativa, la Sala Especializada del Tribunal de Justicia Administrativa y la nueva Sala Constitucional, y el otro eje que es el área de gobierno y administración del Poder Judicial, que es el Consejo de la Judicatura”.
La prohibición de que el presidente del Tribunal Superior de Justicia sea el mismo que el del Consejo de la Judicatura, ayuda a que no prevalezcan intereses personales sobre los intereses de una institución, asegura.
Pero los cambios van más allá, también alcanzan asuntos más cercanos a la gente, como sentencias en lenguaje claro, la justicia en línea y la incorporación del Instituto de Defensoría Pública al Poder Judicial para ofrecer un mejor servicio.
Grupos enquistados
El presidente del Consejo de la Judicatura refiere que en el Tribunal Superior de Justicia hay grupos que se resisten a la renovación que, al final, deberán aceptar.
“Aquellos grupos de poder que estaban enquistados al interior del Poder Judicial o que derivaban de canonjías del Poder Judicial, en donde estaban acostumbrados a que no hubiera transparencia, que no hubiera licitaciones públicas, a que tenían que aguantarse los jueces que hubiera alguna orden de un superior para que se fallara a favor o en contra de alguien más, ahí veo complicado que pudiera haber un cambio o una aceptación, van a tener que asumir el cambio, pero no creo que lo asuman de la mejor manera”.
A ellos les recuerda que, de haber funcionado adecuadamente, el Poder Judicial no habría necesitado de una reforma de Estado propuesta por el Ejecutivo y aprobada por el Legislativo y los 217 ayuntamientos de Puebla.
—Supongo que eso le cayó muy bien a la mayoría y muy mal a una minoría rapaz.
—Así es, es una gran reforma y, mira, no sé si llamar coincidencias, hubo dos grandes impulsores de esta reforma constitucional, el gobernador Barbosa, que la impulsó desde el Ejecutivo, y el del entonces presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado que, junto con el resto de los legisladores, hicieron un gran trabajo para perfeccionar esta iniciativa.
“El gobernador Barbosa y el entonces diputado Sergio Salomón Céspedes, hoy gobernador del estado, tuvieron esta visión de que esto se tenía que transformar, y ese pequeño grupo dice ‘por qué los de afuera tuvieron que venir a cambiar al Poder Judicial’. Pues porque si los de adentro hubieran querido cambiarlo, lo hubieran cambiado, y no lo cambiaron durante décadas, y ahora dicen ‘a mí no me consultaron, por qué no me consultaron, yo hubiera hecho el cambio’, pues entonces, ¿por qué no lo hiciste? (…) Es que no entienden que hay una reforma a la Constitución y, como abogados, debemos asumir que nuestro texto máximo es nuestra Constitución, y si se reformó la Constitución, debemos aprender a vivir con esa Constitución”.
Investigaciones
No habrá impunidad para quienes hicieron mal uso de sus puestos, aunque el Poder Judicial tampoco se quedará atado a un pasado que evite su modernización, ataja el magistrado.
Por ello, ya existen denuncias que avanzan al mismo tiempo que el sistema de justicia. Y es que, no habrá olvido.
—¿Qué encontraste y qué está pasando con esos procesos que están en marcha?
—Yo creo que tenemos que tener dos frentes hacia los cuales avanzar para no quedarnos atascados en ninguno de ellos, no se puede caminar hacia adelante, haciendo como si no hubiera pasado nada atrás, pero tampoco te puedes quedar atascado en lo que sucedió atrás, sin poder caminar hacia adelante. Hay que avanzar en los dos caminos.
“Si bien es cierto, había tal cúmulo de irregularidades que fue necesaria una reforma constitucional, y esas irregularidades se están investigando, se han presentado denuncias. También es cierto que tenemos que corregir el rumbo para hacer las cosas de manera diferente, porque no basta con encontrar que algo se hizo mal y seguir haciéndolo de la misma manera, pues yo creo que a nadie beneficiaría más que a los mismos de siempre.
“Hay que saber qué se hizo mal, cómo se hizo mal, denunciarlo y hacer las cosas diferentes para que no se repita, y un ejemplo de esto son las licitaciones, el presupuesto del Poder Judicial se tiene que ejercer de manera transparente y tenemos como referencia esa transparencia con las licitaciones públicas, en lugar de las adjudicaciones directas (…) No hay olvido, no hay que si dejas las cosas en paz, te van a dejar de golpear y te van a dejar de presionar.
“Si hiciera eso, estaría siendo igual de irregular que los que lo hicieron y que los que lo están solicitando, entonces yo no puedo, ni nadie en el Consejo de la Judicatura, ni nadie en el Poder Judicial, podemos estar sometidos a presiones mediáticas (…) Yo creo que no es la intención de nadie voy a enterrar las cosas para que, como si no hubieran pasado, abajo de la alfombra para que no se vean y se nos olvide, no sería justo con todos los que han sido afectados por actos irregulares”.
Diferencias
En el Poder Judicial había magistrados de primera y de tercera, reconoce Palafox Galeana, quien explica que los primeros tenían más ingresos económicos y todos los recursos para hacer su trabajo, a diferencia de los segundos.
“Había magistrados de primera, magistrados de segunda y magistrados de tercera. Magistrados de primera, que cobraban un sobresueldo 60 por ciento mayor que el resto de los magistrados; magistrados de segunda, que tenían una estructura enorme, contra magistrados de tercera que tenían la mínima estructura indispensable. ¿Qué ha sucedido con esta reforma constitucional? Todos los magistrados ganamos exactamente lo mismo”.
Ahora, presidir un tribunal, o el mismo Consejo de la Judicatura, no representa un sueldo adicional para nadie. “No es un privilegio que se te tenga que compensar con una cantidad de dinero mayor a la que ganan el resto de tus pares”.
Esta decisión, que también alcanza a personal de otros puestos, ha hecho que la atención a los ciudadanos mejore.
La cohabitación
Hace poco, Carlos Palafox Galeana preguntó a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Margarita Gayosso Ponce, si habría podido hacerse cargo, además, del Consejo de la Judicatura, como funcionaba anteriormente el Poder Judicial.
El cuestionamiento es una imagen de los nuevos tiempos que se viven, donde los magistrados deben acostumbrarse a escuchar a sus pares, con la finalidad de enriquecerse de sus ideas y aprender a cohabitar.
“Es una cohabitación muy respetuosa, una cohabitación de mucho aprendizaje, todos estamos aprendiendo a vivir bajo estas nuevas circunstancias, no hay nadie en el Poder Judicial que conociera estas circunstancias, que nos guía la reforma constitucional”.
De Gayosso Ponce, el magistrado reconoce su experiencia, “gran visión y gran talento” para ejercer el cargo.
Cotidianidad
La reforma al sistema de justicia se puede notar en el estacionamiento de Ciudad Judicial, el cual, cualquier persona que acuda a los juzgados, puede utilizarlo.
Parece algo trivial, pero esos detalles también suman, justifica el presidente del Consejo de la Judicatura.
“Alguien les permitía el acceso a ciertos trabajadores, no a todos los trabajadores del Poder Judicial, sino a ciertos trabajadores, entonces nos pusimos a hacer una revisión, era aquellos trabajadores que pagaban su cooperación mensualmente para poder entrar.
“Entonces abrimos el estacionamiento y el golpeteo fue que ya no tienen acceso los trabajadores por que a la hora que llegan, ya no hay lugar en el estacionamiento, porque ya están los usuarios y los litigantes (…) ¿Es lógico que un servidor público pueda decir que, a las 11 que entró a trabajar, ya no encuentra lugar? Si entras a trabajar a las 11 de la mañana, algo malo estás haciendo tú”.
No fue el único problema hallado en el día a día de la atención a los ciudadanos: en el Centro de Convivencia Familiar también fue descubierto que algunos padres se llevaban a los menores de ese lugar.
“Había hay algunas personas que interpretaban lo que el juez quiso decir. El juez ordenaba una convivencia supervisada de un menor de edad, de las cinco de la tarde a las siete de la noche, y lo que interpretaban en el centro era que el juez había dicho que se fuera el padre con el menor y lo regresara al centro a las siete de la noche.
“Si es convivencia supervisada, ¿dónde está la supervisión?
“A mí me parecen aberraciones que puedes cometer como servidor público, y la afectación que le generas a menores de edad, el riesgo en el que me metes a menores de edad”.
Hoy, al igual que con el estacionamiento, la normalidad en el Centro es otra, a partir de la reforma al Poder Judicial.