En Tailandia, el sismo provocó el colapso de un rascacielos en construcción en Bangkok, resultando en al menos tres muertos y decenas de desaparecidos.
En Myanmar, la ciudad de Mandalay sufrió graves daños estructurales, incluyendo el colapso de edificios históricos como el Palacio de Mandalay y la pagoda Shwe Sar Yan. Las autoridades han declarado el estado de emergencia y solicitado ayuda internacional para enfrentar la crisis.
En Bangkok, el derrumbe de un edificio de 33 pisos en el distrito de Chatuchak ha dejado a más de 100 trabajadores atrapados bajo los escombros. Los equipos de rescate trabajan contrarreloj para localizar a los desaparecidos.
La primera ministra Paethongtarn Shinawatra declaró el estado de emergencia en la capital y ha suspendido las actividades en la Bolsa de Valores de Tailandia.
El sismo también se sintió en otras regiones, incluyendo la provincia de Yunnan en China, donde se reportaron daños materiales y heridos. Las autoridades chinas están evaluando la situación y brindando asistencia a las áreas afectadas.
Este terremoto es uno de los más fuertes registrados en la región en décadas, resaltando la vulnerabilidad de las infraestructuras en áreas propensas a sismos y la necesidad de medidas preventivas para minimizar pérdidas humanas y materiales en el futuro.