¡Ay la locura! Siempre nos han dicho que el amor debe ser un poco loco. Aquel que nos saque de nuestros momentos de monotonía diaria y que nos obliga a hacer todo lo que jamás imaginamos.
¿Pero qué pasa con todo aquello que los poetas no nos dicen? Recapitulemos…
Persona conoce a persona (porque en esta época y columna no discriminamos), se gustan. Después de pensar en diseñar una tarjeta de agradecimiento para la mamá del sujeto o sujeta en cuestión, es cuando sólo podemos verbalizar estúpidamente: Itzel, sagitario, gluten-full y 100% encantada de conocerte.
Descubrimos que el universo sí existe y diseñó a esta persona para nosotros. Divertido, inteligente, sarcástico, con educación ejemplar, el éxito le abrió las puertas y el cuento de hadas empieza a escribirse.
Error…
Bien dicen las abuelas que nunca podrás conocer mejor a una persona hasta que vives con ella. Y adivinen qué, las circunstancias, el destino y ese bendito universo que alguna vez creímos maravilloso, ha tenido el gran tino de encerrarnos durante 2 o más años (gracias Sr. López-Gatell), con quien pensamos es el amor de nuestras vidas.
Cual Big Brother (para quienes lo recuerdan), pero sin cámaras, sin expulsiones, sin premios al final.
Entonces viene lo divertido. Pareja joven, se acaban de conocer y tienen la ilusión por delante. El aislamiento les vino como diría alguien: “como anillo al dedo”. Todo es maravilloso y quieren compartir cada momento de cocinar juntos, “recoger” juntos, dormir juntos, ver Netflix and chill (CO SI TAS).
Para quienes llevan más de 3 años compartiendo domicilio, no van a dejarme mentir. En este casi año y medio que ha procedido el zoológico humano, nos estamos volviendo más intolerantes.
La cocinada juntos ahora es un “quítate me estorbas para cortar las verduras”; “recoger” juntos es imposible porque hace calor, hoy no te bañaste y como tu sola existencia me molesta pues no hay ganas de nada; de dormir juntos, ¡ni hablamos! Cuando hay hijos, tendremos cama llena, escándalo porque ahora no querrán dormirse antes de las 12 de la noche y probablemente arruine las pocas horas de sueño disponibles.
El Netflix and chill se convierte en: “consigue una cuenta con 4 dispositivos y así cada quien puede ver lo suyo sin molestarse”.
En fin, tratar de recuperar la cordura en pareja será una tarea titánica. No digo que no se pueda, pero será momento de tratar de pasar por alto los malos momentos y las molestias, porque retomando el reality Big Brother, aquí no habrán expulsados…
¡Hasta la próxima!
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Itzel Salazar es comunicóloga y periodista desde hace 17 años. Apasionada de las letras, la música y la fotografía, se declara Millenial por resignación, más no por convicción. Actualmente ha encontrado en las Relaciones Públicas y la docencia su nuevo amor.
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