Puebla es parte del Estado Mexicano, ese que en el pasado se encargó de llevar para arriba y para abajo en el discurso, pero que nunca fue uno verdadero, sólo sus dirigentes detentaron el poder sin siquiera voltear a ver a los que son parte fundamental del mismo: las y los ciudadanos, sobre todo las mujeres. Ha sido la Cuarta Transformación, desde que llegó al poder, en 2018, la que se encargó de cambiar los paradigmas: encaró los problemas, aceptó los errores y pidió perdón por los abusos que se hicieron en nombre del Estado. Como dice el productor de cine Paul Boese: “El perdón no cambia el pasado, pero amplía el futuro”. Y esa, parecer ser, es la visión que ha mostrado Armenta en la entidad poblana, siguiendo los pasos y el ejemplo de Claudia Sheinbaum Pardo, y antes de Andrés Manuel López Obrador. La receta está ahí, falta ver quién más continúa con este ejemplo, porque desde la oposición sólo se limitan a ver un pequeño panorama, no ven más allá. Ni lo verán.
Es cuanto.
Voz que pasa fronteras
La voz de la presidenta Claudia Sheinbaum se escuchó hasta Washington, y también en Silicon Valley. Es donde despachan los dos hombres más poderosos de Estados Unidos. Pero no sólo fue lo que dijo la mandataria mexicana, sino lo que representa el apoyo del Pueblo de México. El “no estás sola” retumbó los cimientos de la capital, cuyas ondas tectónicas cruzaron la frontera. Y no es que un personaje vil como Donald Trump no le haga caso, es más, hasta creemos que, en público, podría aplicar el clásico “me vale”, pero sí dio la pauta para bajarle unas rayitas a su ego y mostrar respeto, ese que no tuvo con su contraparte canadiense, Justin Trudeau (quien, por cierto, ya casi se va y llega en su lugar el exbanquero Mark Carney, del Partido Liberal). La diferencia entre ambos mandatarios fue abismal. A la mexicana la calificó como una “mujer maravillosa”, al otro lo rebajó a “gobernador de Canadá”. Sólo le faltó pisotearlo y escupirle. Por eso toma relevancia la postura firme y mesurada de Sheinbaum. Por lo pronto, la política de “cabeza fría” toma importancia en un mundo, todo, que está en caos por un tipo de cabello naranja.
Es cuanto.
