Sin embargo, Yunes Márquez y su padre Yunes Linares fueron la creación política del entonces dirigente nacional panista Marko Cortés, para ser parte de la bancada del PAN. Por ello, el veracruzano llegó a su escaño a través de la primera minoría. Marko Cortés se convirtió en su promotor político y, ahora, su verdugo.
Su otrora compañero de bancada, Marko Cortés, luego de la votación del 10 de septiembre pasado, advirtió que Yunes Márquez dejó de pasar a la historia como un héroe y ahora es un “traidor a la patria”.
El pasado sábado, todos los integrantes de la bancada albiazul en el Senado decidieron expulsarlo, por lo que de inmediato notificaron a la Mesa Directiva de la Cámara Alta su decisión con fundamento en la Ley Orgánica del Congreso General, del reglamento del Senado y los estatutos del Partido Acción Nacional.
Aunque se le acusa de esa colaboración con Morena, Yunes Márquez se encuentra a un paso del naufragio. En Veracruz hay una parte de Morena que es bastión de Rocío Nahle y se opone a tener entre sus filas a quien, en su momento, fue un opositor radical. Lo mismo en el PVEM, con Javier Herrera Borunda, tampoco le da espacio. La opción a la que le apuesta es una negociación directa con Alberto Anaya, eterno dirigente del PT, para incorporarse a sus filas. Ese es el escenario en caso de continuar el proceso de expulsión. Lo llevará a instancias del partido y, posteriormente, al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La sumisión de Alberto Anaya Gutiérrez es histórica y de dominio público frente al partido que, en su momento, le dé cobijo. Por ello, es que es el comodín de la cuatroté. Sería su partido el encargado de darle cobijo a Yunes Márquez si se enfila al objetivo de tener un senador extra ubicado en una de las bancadas aliadas del partido en el poder.
Mientras que Yunes Linares es la segunda parte de la historia. Ligado al panismo de Felipe Calderón y a la exdirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo, es de los personajes torvos de la historia contemporánea; así como su relación política directa con los polémicos comicios de 2006, en los que López Obrador y sus más allegados acusaron de fraude electoral, son un elemento adverso para su llegada a Morena.
En todo esto, Marko Cortés actuó con candidez al momento de tener en sus cuadros para el Senado a personajes inestables dentro de los partidos políticos y con pasados cuestionables. Nadie lo engañó. Ahora les cierra las puertas, los acusa de traición, pero en su momento él los metió al círculo de su confianza. Eso heredó y ahora se lo sacude.