Israel Mendoza Pérez
@imendozape
Desbordados en ánimo, los dirigentes de la coalición Fuerza y Corazón por México, Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano se encuentran en una intensa negociación para los cargos de elección popular a disputarse en 2024. Incluso, en esta avalancha de emociones, alrededor de Xóchitl Gálvez, la precandidata única de las tres fuerzas políticas ya tiene equipo de precampaña. Con estos elementos se perfila un gobierno de coalición, aunque se carece de leyes secundarias para este tipo de gobiernos.
En el país, un gobierno plural puede tomar el camino de ser un “gobierno de probeta”. Es decir, se encuentra en la antesala de ser un experimento político en el que se carece de antecedente y de leyes secundarias, más allá de las menciones existentes en los artículos 74, 76, 89, de la Carta Magna.
De acuerdo con las opciones más alentadoras, la construcción de gobierno de coalición para 2024, les da certeza a los partidos que van en una alianza y a la sociedad le ofrece la representatividad que requiere en la actualidad. Aun así, en el país no hay antecedentes de este tipo de gobiernos.
Sin embargo, la unidad entre los tres partidos se pone a prueba. El PRI ingresó una iniciativa para gobiernos de coalición, pero hasta el momento no se prevé una discusión sobre el tema; en la Constitución se contempla, lo que falta es la ley ordinaria. En este escenario, ningún partido es dueño de la verdad, y con esta figura se respetan los acuerdos y la sociedad tiene mayor representación. Eso en la teoría, en la práctica se corre el riesgo de terminar en un “reparto de cuotas” con características de desequilibrio de fuerzas al interior de un gobierno de este tipo.
Ante el panorama actual, al interior de la coalición opositora existe, por parte del sector académico de la misma, la necesidad que tiene el sistema político del país para modernizarlo desde la conformación de un gobierno de coalición, aunque falta una ley reglamentaria. Esa es la siguiente etapa política de gobierno para el país; se debe terminar con la tentación de un gobierno autoritario y con la figura de “papá gobierno” bajo la que se cimentó el sistema político del país a lo largo de la historia.
En la actualidad, se busca un gobierno con más contrapesos, por ello es que se apuesta por un gobierno de coalición, aunque no lo han expresado abiertamente los dirigentes nacionales de los partidos ni la precandidata Xóchitl Gálvez. Sin embargo, se debe evitar caer en la tentación de un reparto de cuotas. De acuerdo con el borrador existente en esta materia, al interior de la coalición se señala que quien tenga derecho a cuatro o cinco asientos en el gabinete debe proponer una terna de tres por lo menos, con las mejores personas, pero el presidente elige.
Y es que, para la oposición no hay un camino distinto para derrotar a Morena, si no es aliados. Aunque está pendiente y en un borrador el gobierno de coalición, ya que lo que se pone en riesgo es la unidad de la oposición.