• 08 de Mayo del 2024

Corcholatas en números

 

 

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

La sucesión presidencial entre morenistas se acelera. La reunión del Consejo Nacional, presidido por el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, donde se definirán las reglas para elegir a su candidato presidencial será la pasarela y la medición con el aplausómetro entre corcholatas.

La sucesión, llevada de la mano del presidente Andrés Manuel López Obrador, ya tiene candados y premios de consolación. De esta manera, blindan el proyecto transexenal de la cuatroté y se configura un partido-gobierno. Lo que se cuidó con precisión de cirujano es la unidad morenista. A final de cuentas, Morena ya aprendió, con la experiencia, de las pasadas elecciones en Coahuila que, en solitario, se corre el riesgo de perder lo conquistado en 2018.

En este momento, las encuestas juegan un papel relevante para Morena. Incluso, fue López Obrador quien dio línea a los morenistas para que la definición se llevara a cabo con esa herramienta demoscópica.

De tal suerte que, para el próximo domingo, las corcholatas llegan de la siguiente manera en los estudios de opinión: según Factométrica, en su medición de mayo: 43% prefiere como candidata a Claudia Sheinbaum; 25% a Marcelo Ebrard; 10% a Gerardo Fernández Noroña; 8% a Adán Augusto López y 4% a Ricardo Monreal.

En tanto, Demotecnia en su medición de abril pasado reporta: 42% prefieren a Claudia Sheinbaum como candidata; 19% a Marcelo Ebrard, 6% Adán Augusto López; 3% Ricardo Monreal y 9% Gerardo Fernández Noroña.

En tanto, Reporte Índigo publicó una encuesta, en este mes, de consultoría Opinión Pública, en la que el 34% de los encuestados votarían por Claudia Sheinbaum; 29% por Adán Augusto López; 28% por Marcelo Ebrard; 5% por Gerardo Fernández Noroña y 2% por Ricardo Monreal.

En tanto, la encuesta de Massive Caller, correspondiente a mayo, indica que 40% de los encuestados señalaron que les gustaría que Claudia Sheinbaum fuera la candidata; 29.9% Marcelo Ebrard y 29.2% Adán Augusto López.

Con estos números bajo el brazo, se acelera, la sucesión entre morenistas. El domingo es el preámbulo de lo que serán los próximos meses. Aunque viene una precampaña interna tersa y planchada. Sin desgaste político evidente y obediente a las necesidades presidenciales.

El manejo del partido desde Palacio Nacional debilita al partido y a su dirigencia, pero refuerza a quien llegue como defensor de la cuatroté y transita hacia la batalla electoral de 2024.

Por ello es que, desde el púlpito de la mañanera, el presidente orientó las preguntas de la encuesta. Aplacó los ánimos de los gobernadores y controló una posible ruptura de su proyecto político. El domingo es parte de una estrategia de mantener la marca Morena en el debate público. Es elevar la expectativa sobre las corcholatas y cómo se mueven en el tablero en los próximos días. Aunque ya están maniatados, lo que se tiene es un partido del gobierno que distorsiona reglas democráticas y arma una sucesión suave. Lo que sigue es mero trámite y bajar el protagonismo de los concursantes del juego presidencial.