• 19 de Mayo del 2024

Asalto a la Embajada en Ecuador, tibia respuesta de México

 

 

Aldo Fulcanelli

Irrupción violenta

La irrupción ilegal de la policía ecuatoriana a la Embajada de México, ordenada por el presidente Daniel Noboa, ha abierto un frente de batalla sin precedentes en la diplomacia internacional. No existe un hecho similar, al menos en la historia moderna de la política exterior de México, tanto; que el suceso provocó una condena masiva ante el seno de la OEA, respaldada por 29 países miembros de la organización.

Presionados por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, los Gobiernos de EEUU y Canadá, se pronunciaron también contra la irrupción violenta en la embajada, por ser violatoria de la llamada Convención de Viena, la cual; estatuye que todas las embajadas serán inviolables en cualquier país.

Las imágenes difundidas por el titular del ejecutivo federal, hablan por si solas, en ellas, se aprecia a la policía ecuatoriana ingresando con lujo de violencia a la sede, además, violentando al personal consular de México; algo inadmisible desde la óptica del Derecho Internacional Público.

Tibia respuesta del Gobierno de México

Pero lo que más llama la atención, es la tibia respuesta de México, cuya actuación ha sido errática desde el inicio del conflicto. Tiempo antes, el Gobierno de Ecuador, dio a conocer su decisión de declarar Persona Non Grata a la embajadora de México en aquel país suramericano, lo anterior, debido a la furia que destararon las declaraciones de AMLO sobre las probables irregularidades en el proceso electoral que vivió Ecuador. La respuesta de México fue tardía; en el momento en que Ecuador lanzó las medidas diplomáticas, unilaterales y restrictivas, nuestro país debió actuar en consecuencia, aplicando el llamado principio de Reciprocidad en la política exterior, que determina que los países pueden responder en el mismo tono, siempre en el marco de la legalidad, algo que no sucedió.

Horas después, Daniel Noboa, ordenó a su policía que se invadiera la Embajada de México, se agrediera al personal consular, y que se detuviera a Jorge Glas, ex Vicepresidente de Ecuador, que, aunque acusado de varios delitos por su gobierno; gozaba del estatus de asilado político por parte de México. Las imágenes de Glas, siendo arrastrado por los policías le dieron la vuelta al mundo; el actuar violento del Gobierno ecuatoriano, provocó un escándalo internacional e incluso, una rebelión en el congreso de aquel país.

Pero nuevamente, la respuesta de México dejó mucho que esperar. El gobierno esperó hasta que la crisis escalara para defender su derecho. En el momento en que Ecuador emitió la declaración de Persona Non Grata a nuestra embajadora, el presidente, debió, por justicia, emitir una declaración similar contra el representante de Ecuador en México. Nuestro gobierno, esperó a que estallara la bomba para tomar una determinación, lo anterior pese al respaldo inusitado de la oposición, que habría acompañado al presidente de México hasta limpiar el nombre de nuestro país, violentado por un autoritario como Noboa.

Medidas extremas

En la opinión de quien escribe este artículo, México debió aplicar las siguientes determinaciones tras las agresiones del Gobierno Ecuatoriano:

  1. Declaración de Persona Non Grata al presidente de Ecuador Daniel Noboa.
  2. Declaración de Persona Non Grata a su ministra del Interior, Mónica Palencia, que por si fuera poco es Mexicana de nacimiento, y a saber, ostenta la doble nacionalidad.
  3. Declaración de Persona Non Grata a Gabriela Sommerfeld, canciller de Ecuador.
  4. Solicitud del retiro de Ecuador, de todos los Organismos de Cooperación regionales en los que México también se encuentre.
  5. Solicitar ante los Organismos de Cooperación Internacionales, la destitución de Daniel Noboa presidente de Ecuador, por haber ordenado un ataque flagrante y premeditado a la embajada de un país ajeno.
  6. Una demanda ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos contra el Gobierno de Ecuador, por violentar el estatus de asilado político de Jorge Glas, durante su estancia en la Embajada de México.
  7. La prohibición inmediata a Daniel Noboa, y los miembros de su gobierno a introducirse a México por cualquier motivo.
  8. El retiro de la nacionalidad mexicana a la ministra Mónica Palencia, en caso de que aún la ostente, por haber operado la invasión ilegal a la embajada.
  9. Restricción inmediata de los vuelos provenientes de Ecuador.

Nacionalismo disfuncional

La agresión ordenada por Noboa desató el enojo de otros países hermanos como Nicaragua, cuyo gobierno decidió romper las relaciones con Ecuador. Pero en México, el presidente ofreció uno más de sus discursos donde emana la luz perpetua y la paz eterna, cuando lo que haría falta, es temple para promover la renuncia de Daniel Noboa, utilizando todos los mecanismos internacionales a que tiene derecho nuestro país.

En lugar de eso, el gobierno determinó seguir la ruta más larga y menos efectiva en lo corto, demandar a Ecuador en los Tribunales Internacionales, cuya respuesta podría tardar más de lo esperado.

En el seno de la ONU, México exigió la expulsión de Ecuador en tanto su presidente no pida una disculpa a nuestro país, sin embargo, los hechos no ameritan una disculpa, México, debería provocar la caída política de Noboa y el congelamiento internacional de su gobierno, como una respuesta frontal a su inaceptable agresión.

Laboratorio de Washington

Inspirados por la fiebre que provoca el injerencismo rabioso, hay quienes se han atrevido a afirmar, que la toma de la embajada mexicana, pudo ser un acto planificado por el Departamento de Estado del vecino país. Una forma de desestabilizar a la región, ofreciendo un duro golpe a México, que, aunque socio comercial de los Estados Unidos, se encuentra lejos de plegarse a las exigencias belicosas y radicales a que nos tiene acostumbrados esa nación. De igual manera, podría ser un experimento para promover la eficacia de futuros golpes a embajadas, así como el secuestro de los asilados políticos, que no compaginan con el ideal de amor sin reservas que exige Washington en el tablero internacional a sus aliados.

Un matón de traje y corbata

Por si fuera poco, Daniel Noboa, ha dicho en público que no se arrepiente de haber tomado la embajada de México, sabedor de que la actuación de nuestro país, no ha sido suficiente para causarle un menoscabo real y significativo. Mientras eso sucede, nuestro presidente sigue confiando en la eficacia de los tribunales, a sabiendas de que vivimos tiempos de ruptura de hilos constitucionales, injerencismo y golpes de estado blandos

Es necesario promover el aislamiento de Noboa del cuadrante internacional, bajo el argumento de que su reacción violenta contra México, podría repetirse contra cualquier otra nación. El presidente de Ecuador es un peligroso megalómano, que padece evidentes conductas antisociales, como tal debiera ser tratado y sancionado de manera ejemplar.