En la Curia arzobispal de Puebla, donde despacha el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, se colocó un nacimiento como parte de las tradiciones navideñas. Esta representación tiene raíces en la Navidad de 1223 en Greccio, Italia, cuando san Francisco de Asís recreó el nacimiento del Niño Jesús en un pesebre.
San Francisco de Asís pidió al Papa Honorio III autorización para reproducir el nacimiento con elementos sencillos: un pesebre con paja, un burro y un buey reales. Según el relato de Tomás de Celano, primer biógrafo del santo, durante la representación, uno de los asistentes tuvo una visión del Niño Jesús acostado en el pesebre. Este evento dejó a los presentes llenos de alegría y marcó el inicio de una tradición que se extendió por el mundo cristiano.
Desde entonces, los nacimientos se representan con figuras de diversos tamaños y materiales o en vivo, como un símbolo del amor y humildad de Jesús. La tradición continúa vigente, siendo una parte importante de las celebraciones navideñas en comunidades de todo el mundo.
En Puebla, este año se mantiene viva la costumbre en las oficinas de la Curia, uniendo a los fieles en torno a la celebración del mensaje de Navidad.
