Jorge Islas López, cónsul general de México en Nueva York, entregó las cenizas de 105 poblanos, cien hombres y 5 mujeres, que fallecieron en Estados unidos, debido a la pandemia de coronavirus Coovid-19. El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, encabezó la ceremonia luctuosa que se realizó en Casa Aguayo, sede del gobierno poblano.
El cónsul general de México en Nueva York aseguró que los poblanos que fallecieron en el área triestatal. que integran Nueva York, Connecticut y Nueva Jersey, fueron personas trabajadoras que lo ofrecieron todo para ayudar a sus familias en México.
“Señor gobernador, Luis Miguel Barbosa, señores integrantes del presídium, familiares de los héroes migrantes que cayeron en el cumplimiento de su deber, en nombre del Consulado General de México en Nueva York les transmito nuestro pesar y les damos nuestro más sentido pésame”.
“Son mexicanos que trabajaron ejemplarmente para mantener a sus familias, tanto en Nueva York, como en su tierra, de donde son oriundos: en Puebla. Tenían dos o tres trabajos, descansaban poco. Todo lo ofrecían, con el mejor ánimo de buscar mejores oportunidades, para que las nuevas generaciones tuvieran mejores alternativas para desarrollarse”.
Muchos murieron solos y aislados
El cónsul indicó que debido a la desigualdad social y a las disposiciones sanitarias, varios de los migrantes murieron en soledad y aislados, y no pudieron ni siquiera despedirse de sus familiares.
Jorge Islas López afirmó que la ciudad de Nueva York no naufragó en los momentos de mayores contagios, porque los migrantes poblanos se encargaron de que en las mesas hubiera alimentos y de llevar medicamentos en donde eran necesarios.
“Lamentablemente, estos mexicanos ejemplares, los que yacen el día de hoy aquí, 105 poblanas y poblanos, encontraron la muerte de una manera triste. Muchos de ellos murieron solos y aislados. Debido a las diversas disposiciones sanitarias, la familia no les pudo dar el último adiós. La familia no pudo platicar con ellos y escuchar de ellos sus últimas palabras. No obstante lo anterior, aún con este pesar, el día de hoy debemos de tener paz y remanso, porque regresan estos héroes, que jugaron un papel muy importante en Nueva York”.
“Porque gracias a su trabajo, la ciudad nunca cayó. Gracias a su esfuerzo y a su valentía, a su compromiso y a su responsabilidad, la ciudad de Nueva York nunca náufrago. Porque ellos con sus manos llevaron todos los días comida a las mesas de los neoyorquinos, porque con sus piernas, en la bicicleta llevaban enseres y medicinas a las casas que lo requerían. Y con su trabajo ejemplar limpiaban y desinfectaban los hospitales en donde mayor contaminación de Covid-19 hubo”.
Estuvieron en la línea de fuego
El cónsul precisó que fueron los migrantes poblanos los que estuvieron en la línea de fuego y que la enfermedad los alcanzó.
“Fueron los poblanos, fueron los compatriotas y paisanos mexicanos, los que pusieron un botón de muestra, fueron los, como yo les llamo, los frontliners, los que estuvieron en la línea de fuego. Lamentablemente, desigualdad social y otras circunstancias en donde no tenían acceso al servicio de salud y no tenían servicio médico, y no tenían seguro médico y con enfermedades preexistentes, les dio alcance”.
“Hoy regresan a su patria, hoy regresan a sus localidades y a los municipios de donde son oriundos con sus familias. Nos da paz porque encontrarán finalmente la morada en donde la familia habrá de irles a rezar, a llorar, y a presentar flores y respetos, fieles a nuestros usos y costumbres como mexicanos. Los respetamos”.
Llegaron con respeto y dignidad
Jorge Islas López indicó que los migrantes poblanos dieron un ejemplo de honestidad y entrega, no sólo en México, sino también en Nueva York.
“Y les quiero decir que, aún y cuando ya estén hoy en México, en Nueva York dejan un legado, un ejemplo de lo que el mexicano puede hacer para producir, el ejemplo del mexicano que trabaja con honestidad y con entrega. Se quedan en nuestra mente y en nuestros corazones. Honraremos ese legado”.
“Recuerdo que el sábado pasado, cuando organizamos en el consulado una misa en honor a este trabajo y a esta muy lamentable pérdida de nuestros compatriotas, cuando entraba a la nave principal de la catedral, cargando una de las urnas de las que están hoy aquí, escuché al mariachi cantar: México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí. Y aquí los traemos, con respeto, con decoro, y con la dignidad que merecen”.