En un llamado conmovedor desde la Plaza de San Pedro, el papa Francisco instó fervientemente a poner fin al conflicto entre Hamas e Israel en Gaza.
Expresó su profunda preocupación por la escalada del conflicto y por las vidas perdidas, especialmente entre los civiles.
El Papa condenó enérgicamente la guerra, calificándola como "siempre una derrota, una destrucción de la fraternidad humana".
Hizo un llamado urgente para permitir la entrada de más ayuda humanitaria en Gaza y para la liberación de los rehenes capturados durante la incursión de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre.
El suministro de ayuda humanitaria se ha convertido en una necesidad crítica en Gaza, donde los continuos bombardeos han causado la pérdida de vidas humanas y han dejado a barrios enteros en ruinas.
A pesar de los esfuerzos, la ayuda actualmente enviada representa solo una fracción de las necesidades diarias de la población.
El llamado del Papa se produce mientras persisten las tensiones en la región, con nuevos enfrentamientos entre el grupo terrorista Hezbollah y el Ejército de Israel en la frontera.
El Papa anunció también una jornada de ayuno, oración y penitencia para el 27 de octubre, durante la cual se llevará a cabo una hora de oración por la paz mundial en la Plaza de San Pedro.
