Los incendios forestales han dejado cicatrices profundas en nuestro estado, con miles de hectáreas de bosque consumidas por las llamas, fauna desplazada y un aire cargado de cenizas y sospechas.
Aunque algunos atribuyen estos siniestros a la sequía o al azar, las cifras y patrones sugieren que detrás de muchos de estos incendios se esconde un oscuro interés.
No por nada el gobernador Alejandro Armenta ha lanzado una cruzada contra el delito.
El 70% de los incendios recientes en Puebla fueron provocados, advirtió el mandatario.
Ahora, los responsables que sean sorprendidos enfrentarán hasta 10 años de prisión y fuertes multas.
Fuego abrasante
Las estadísticas recientes son alarmantes.
En 2023, Puebla registró 348 incendios forestales, afectando aproximadamente 9 mil 669 hectáreas.
Para 2024, el número de siniestros aumentó a 421. 21% más, con una la superficie afectada que se disparó en un 434% en comparación con 2022.
En lo que va de 2025, ya se han registrado 39 incendios forestales, afectando más de 460 hectáreas.
A nivel nacional, la superficie afectada en el primer bimestre de 2025 cuadruplicó la del mismo periodo de 2024.
¿Casual?
Casas y negocio
Un claro ejemplo que ha encendido aún más las alarmas es el de la zona protegida de Jardines de la Montaña.
En este enclave ecológico, reconocido por su valor ambiental, las redes sociales se han inundado de imágenes y testimonios que evidencian la provocación intencional de incendios.
Vecinos han acusado a individuos manipulando focos incendiarios en plena noche en diversos reportes locales.
Sugieren que estos actos podrían estar vinculados a intereses inmobiliarios que pretenden modificar el estatus de protección de la zona para facilitar futuros desarrollos urbanos.
Al ataque
Por ello, el gobernador Alejandro Armenta ha alzado la voz, exigiendo que la Fiscalía General del Estado actúe con contundencia contra los responsables de estos ecocidios.
No es para menos.
Por ello, la creación de la Policía Forestal y la Guardia Forestal, en un paso en la dirección correcta.
Además, se requiere una estrategia integral que incluya sanciones severas, mayor transparencia en los cambios de uso de suelo y, sobre todo, una ciudadanía activa y vigilante.
Durante años se ha denunciado que ciertos incendios no son accidentes ni desastres naturales, sino parte de una estrategia para transformar áreas protegidas en terrenos urbanizables.
El problema es que, a pesar de las denuncias y sospechas, la impunidad sigue siendo el mejor aliado de quienes ven en los bosques solo una oportunidad para construir fraccionamientos y hasta centros comerciales.
¿Cuántos de estos incendios han resultado en investigaciones serias y sanciones ejemplares? Pocos, si es que alguno.
Mientras las llamas se extinguen, los intereses inmobiliarios esperan el momento oportuno para reclamar la tierra como suya.
El combate ha iniciado. Esperemos resultados.
Tiempo al tiempo.