• 03 de Febrero del 2025

El pueblo soberano y digno, cierra filas con la Presidenta.

En la historia de México, la defensa de la soberanía ha sido una constante que ha definido el rumbo de la nación.

Desde la resistencia de los pueblos originarios ante la conquista, pasando por la lucha de Independencia, la defensa de la patria contra la intervención francesa y la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas en 1938, los mexicanos han demostrado que no ceden ante presiones extranjeras.

 Hoy, la historia se repite con una mandataria que enfrenta el embate del gobierno de Estados Unidos y sus intentos de injerencia: la presidenta Claudia Sheinbaum.

El reciente intento de Washington de vincular al Gobierno de México con el crimen organizado es más que una calumnia; es una estrategia política para justificar medidas unilaterales, como la imposición de aranceles y el endurecimiento de la política migratoria.

Sin embargo, los datos son claros: según la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), el 74% de las armas que usa la delincuencia en México provienen ilegalmente de Estados Unidos. Si de señalar culpables se trata, la crisis de violencia también tiene raíces en el descontrolado comercio de armas en el vecino del norte.

Claudia Sheinbaum, en un acto de firmeza, ha dejado claro que la soberanía no está en venta. "Coordinación sí, subordinación no", ha sentenciado, retomando el principio juarista de que entre las naciones, como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz. México no es un peón en el tablero geopolítico de nadie.

El respaldo popular no se ha hecho esperar. En redes sociales y en el discurso público, ciudadanos de todos los sectores han manifestado su apoyo a la presidenta, recordando que la dignidad nacional no tiene precio.

Si algo ha caracterizado a este país es su espíritu de resistencia, desde la defensa del Castillo de Chapultepec en 1847 hasta el movimiento de Cárdenas en defensa del petróleo.

Hoy, el reto es otro, pero la lucha es la misma: evitar que intereses ajenos dicten el rumbo de la nación.

Además, el Gobierno de México ha demostrado con hechos su compromiso con la seguridad. En los primeros cuatro meses de la administración de Sheinbaum, se han asegurado 40 toneladas de droga, incluyendo 20 millones de dosis de fentanilo, y se han detenido a más de 10 mil personas vinculadas con grupos delictivos.

La respuesta de la Casa Blanca es una narrativa fabricada que ignora estas cifras y, en cambio, busca imponer medidas económicas coercitivas.

La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos es una estrategia conocida, usada anteriormente por Trump en 2019 para presionar a México en temas migratorios.

Sin embargo, la respuesta de Sheinbaum ha sido contundente: no se trata de doblegarse, sino de buscar soluciones conjuntas. "No es con aranceles como se resuelven los problemas, sino con diálogo", ha reiterado.

El nacionalismo no es un concepto anticuado, es la base de la autodeterminación de los pueblos. Y si algo ha demostrado México a lo largo de su historia es que, cuando la soberanía está en juego, el pueblo responde con unidad.

Como en 1938, cuando el pueblo respaldó a Cárdenas en la expropiación petrolera; como en 1968, cuando exigieron respeto a las libertades democráticas; y como en 2018, cuando millones de mexicanos votaron por una transformación que sigue en marcha. Hoy, México vuelve a cerrar filas en defensa de su dignidad.

Si la historia nos ha enseñado algo, es que la soberanía no se negocia.

Y en este momento, el pueblo de México lo tiene más claro que nunca.

@Gerardo_Herrer

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