Normal de un bulleador como el magnate, quien no busca cómo solucionar el problema, sino imputar política e ideológicamente al exterior, no al interior. Porque convengamos algo: la sociedad gringa está desmoronándose. Los altos estándares de expectativas de vida, los golpes de realidad, las brechas económicas amplísimas están provocando que las y los jóvenes caigan en depresión, con un elevado nivel de frustración; además, las familias están completamente desintegradas, una puerta más a caer en vicios. No, señor Trump, la culpa no es de México, sino de la política que se aplica. Por cierto, el flamante nuevo titular de Salud en la Unión Americana, Robert Kennedy Jr., se la ha pasado criticando las políticas aplicadas por la administración de Joe Biden, pero no ha dicho nada sobre un programa para evitar que caigan en la droga, o cómo rescatar a tanto adicto. De ese nivel es la polarización sobre el fentanilo. En México, como ya se vio, hay un plan al que se sumaron autoridades, expertos, medios y escuelas para orientar a los jóvenes de los riesgos de la drogadicción. Mientras tanto, cada día hay más videos de “zombies” que deambulan por las urbes estadounidenses, fiel reflejo de cómo está la sociedad.
Es cuanto.
Bombardeo posible
Sí, la amenaza es real. Con el amago de convertir, por un pase mágico-político, a los cárteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas, Estados Unidos tendría manga ancha para hacer lo que quiera con este papelito. Desde enviar fuerzas de seguridad, como la DEA, el FBI o la CIA, a ubicar y detener a capos y sus más cercanos, mandar tropas a, literal, matarlos, hasta bombardear zonas donde, creen, están los líderes del crimen. Las consecuencias de estos escenarios son impredecibles, inéditos. Creen los gringos que con eso se va a acabar el tráfico de fentanilo. Craso error. Lo hemos visto. El narcotráfico es un monstruo de mil cabezas, y como la Hydra, cortan una cabeza y le salen cinco. Pero es la política gringa: arrasar. Lo vimos cuando acusaron que Irak tenía armas de destrucción masiva, con lo que justificaron la invasión. Destruyeron todo lo que encontraron, y de las supuestas armas, nada. También se vio en Afganistán y en su Waterloo: Vietnam. Lo único que le queda a México es dialogar, coordinarse y no someterse.
Es cuanto.
