• 21 de Noviembre del 2024

Pistas sobre la infancia en un Congreso de Filosofía

 

 

Elsa Herrera Bautista

Del 25 al 27 de octubre de 2023, se desarrolló el Congreso Disimetrías del Arte y el Pensamiento, convocado por el Centro de Estudios Filosófico-Culturales, por tres unidades académicas de la BUAP y por la Universidad de Antioquía. La sede de este encuentro de estudiosos de la filosofía, fue la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales de la BUAP.

Este Congreso, a diferencia de los eventos a los que suelo asistir, no estuvo enfocado en la infancia, la violencia o cuestiones ligadas a los derechos humanos, por lo que, en principio, me sentí un poco fuera de lugar. Además, considerando mi formación como socióloga y mi trayectoria de intervención directa con y en organizaciones de la sociedad civil, temí la densidad que pueden alcanzar las reflexiones filosóficas.

                En este Congreso, especialistas de países como Chile, España, Colombia, Brasil y México, abordaron temas diversos, relacionando literatura y filosofía, inteligencia artificial y sensibilidad, espectáculo y ritualidad, investigación y creación, digitalidad y ruido, entre otros.

Entre todas estas propuestas, autores y conceptos, la infancia, o la edad infantil, apareció de modo intermitente. No sólo en mi disertación, que versó sobre Perro callejero (Gazcón, 1980), una película con la que jóvenes limpiadores de parabrisas entrevistados hace más de una década lograban una gran identificación (aludir críticamente a la categoría “niño de la calle” resultó insoslayable), sino en intervenciones en las que se proponían retos relacionados con la liberación de la subjetividad.

Por ejemplo, en la ponencia de apertura, Carlos Arturo Ceballos- Restrepo, recordó las  transformaciones del espíritu humano avanzadas por Nietzche, a saber: el paso de camello a león y el de león, a niño. Nietzche considera que esta última transformación es la que representa la existencia realmente libre para la creación y para la experimentación. También es la transformación que implica los mayores retos.

En otra intervención, Ainhoa Suárez Gómez, propuso del concepto de logokinesis como eje para visibilizar, y por lo tanto valorar, el conocimiento generado a través del cuerpo en movimiento. Sin profundizar demasiado, apuntó que niñas y niños, sobre todo en etapas tempranas del desarrollo, conocen el mundo mediante sus cuerpos, antes de que medie el lenguaje verbal, así como lo señaló Jean Piaget. Suárez hizo énfasis en que el crecimiento implica una suerte de alejamiento de esa forma de conocimiento, lo que constituye, por decirlo de manera simple, una pérdida de valiosa información tanto a nivel individual como comunitario.

Todas las presentaciones fueron interesantes, especialmente las relacionadas con las tecnologías digitales, la virtualidad y la inteligencia artificial, pues la manera en que comprendemos y problematizamos tales fenómenos impacta directamente en las nuevas generaciones. 

Constatar que la infancia está presente, de alguna manera, en todos los espacios, es a la vez alentador e inquietante. En la sociedad mexicana, como en muchas otras, existe un enaltecimiento de la infancia como concepto, mientras a nivel práctico, niñas, niños y adolescentes pueden enfrentar las situaciones más precarias y violentas. Algo semejante acontece con las denominadas culturas indígenas o pueblos originarios. Para utilizar los términos del Congreso, existen disimetrías que atraviesan nuestras concepciones y prácticas en torno a la infancia. Con frecuencia hablamos de la espontaneidad, la bondad o la alegría que “naturalmente” poseen niñas y niños (más a menudo hablamos sólo del niño o de los niños), obviando el adultocentrismo vigente en la mayoría de los contextos familiares y escolares, o pasando por alto violencias más crudas que opacan o extinguen la espontaneidad, la bondad y la alegría infantiles. En este sentido, se hace necesario buscar nuevas formas de que la reflexión filosófica y, en general la reflexión que se realiza desde las ciencias sociales, permee la vida cotidiana. Los espacios de encuentro y diálogo como el Congreso Dismetrías del Arte y el Pensamiento pueden ser un primer paso en este proceso.