• 26 de Abril del 2024

La justicia y el góber

Mario Marín Torres / YouTube/Noticieros Televisa

 

La noticia de la detención de El Góber Precioso, ha colmado en cierta medida nuestros anhelos justicieros

 

 

“Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía”.

Séneca

La justicia suele aparecer cuando ya nos hemos olvidado de ella, cuando creemos que la impunidad está sobre todas las leyes y poderes; a veces tan lejana, que preferimos olvidar que alguna vez la iustitia (de ius derecho), como en ciertos amores, fue ciega.

La noticia de la detención del ex gobernador de Puebla, Mario Marín, El Góber Precioso, ha colmado en cierta medida nuestros anhelos justicieros. A quince años del escándalo telefónico y que la periodista Lydia Cacho denunciara la procacidad del exgobernador y lo acusara por los delitos de difamación y calumnia, además de dejar a la vista una red de pederastia donde se vinculaban a los contertulios muy cercanos al Góber, Jean Succar Kuri y Kamel Nacif, se deja ver un horizonte donde las leyes se apliquen sin privilegios.

Sin duda la sed de justicia ha paladeado un poco de agua para saciarla. Mas hay una distancia considerable para sanar tanta inequidad, ya que el saldo para muchas cuentas pendientes, aún es muy alto. Como en cada sexenio se esperan las detenciones a diestra y siniestra. Algunas pueden tener un cariz completamente político y, otras, ser verdaderos procesos judiciales conducidos con éxito.

No podríamos olvidar allá en los ochentas la detención de “El Negro” Arturo Durazo, en el sexenio de Miguel de la Madrid; Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, con Carlos Salinas de Gortari; con Ernesto Zedillo, Raúl Salinas; y más recientemente Elba Esther Gordillo, con Enrique Peña Nieto. Todos unas maravillosas joyas de la política y la sociedad mexicana.

Qué más quisiéramos que la Dama de la Justicia llegara a la ciudadanía y nos envolviera con sus brazos protectores, su balanza equitativa, su espada en la mano y los ojos vendados a repartir la esperada recompensa: el castigo para los asesinos, narcotraficantes, delincuentes de cuello blanco (entiéndase rateros), secuestradores, sin olvidar que se dé su merecido a nuestros gobers y los políticos que se alimentan de las mieles del poder.

La detención del ex gobernador es un acierto; pero habrá que verlo con ojos dubitativos para no tener falsas expectativas. Muchos de los políticos son eximidos por “razones” inauditas aún teniendo todo el peso de las evidencias, y algunos, liberados en los momentos más oportunos del periodo presidencial. Y otros delincuentes, todavía más afortunados, son acorralados en operativos, con un grillete en la mano, y saben qué, “qué dice el jefe que siempre ya no, será para otra ocasión, disculpe las molestias que le causamos”. La justicia es ciega, pero en ocasiones se quita la venda para echarle un ojito al malhechor.

Habrá que ver en una futura retrospectiva si el góber recibe algún castigo o simplemente fue la captura “oportuna” para palidecer algún escenario nacional inconveniente.

De momento podemos creer en que las autoridades han tenido un acierto y que en el proceso judicial se dará el castigo merecido. Y celebrar que la periodista Lydia Cacho reivindique sus derechos y esperar, en el mejor de los casos, reciba una recompensa legal satisfactoria.

Aunque desgastada por la realidad que suele ser francamente injusta, esperamos que la justicia se vende los ojos, empuñe la espada y ejerza su poder con estricta rectitud.