• 29 de Abril del 2024

Dirigente despreciado

 

 

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

En la recta final de su periodo como dirigente del añoso Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Ricardo Aldana, se encuentra extraviado ideológicamente y debilitado en la estructura sindical a través de dos vertientes.

El septuagenario secretario general se dejó llevar por la avaricia que siempre lo ha caracterizado y el temor a rendir cuentas. La entonces secretaria del Trabajo Luisa María Alcalde se encargó, hace dos años, de llevarlo al pináculo de la cuatroté. Entró a Palacio Nacional. El presidente Andrés Manuel López Obrador, legitimó su triunfo y después se volvió en el dirigente despreciado.

Ricardo Aldana hace política desde lo ignaro. Siempre bajo el cobijo de Carlos Romero Deschamps, se mantuvo en la sombra de la opacidad y del desprecio hacia la los partidos políticos que lo señalaron como artífice y comparsa del llamado Pemexgate.

Como dirigente laboral mantiene un cacicazgo sobre las 36 secciones sindicales a través de métodos antidemocráticos, de presiones sobre la base trabajadora y de una política de terror. Aunque ya ofreció un voto corporativo hacia el partido en el poder. Solo exhibe que cayó en la trampa de la cuatroté. Será utilizado para junio próximo y luego lo mantendrán al margen de nueva cuenta. A final de cuentas su ideología tiene precio y esa es a cambio de impunidad.

Aldana Prieto carece de una formación sólida como político. Su nivel de negociación es profundo en beneficios económico inmediatos, pero pobres de entendimiento en el juego político en el que cayó.

En el caso del STPRM, el problema de la corrupción no desapareció con el cambio de dirigente, para restarle fuerzas a sus dominios caciquiles, a través de una sofisticada operación legal, la empresa productiva del Estado puso en marcha el Plan de Estabilidad Laboral, con el cual cada vez son más los sindicalizados que se “rebelan a las prácticas de Ricardo Aldana” ven directamente con la empresa temas como la basificación, préstamos y pago de pensiones, sin la intermediación de sus representantes sindicales.

Y es que el sindicato ya es un lastre para las arcas de Pemex, tan solo en 2023, la empresa productiva gastó cerca de 70 mil millones de pesos en jubilaciones. La cifra más alta para un mismo periodo en al menos una década y según analistas financieros destinar una cantidad tan alta al pago de pensiones merma su capacidad para invertir en infraestructura y por lo tanto de incrementar sus negocios y sus ganancias.

Por otra parte, la debilidad sindical se agudiza con la reciente creación del Sindicato Frente Nacional Petrolero, que cuenta con el reconocimiento oficial de la Secretaría del Trabajo que le entregó el 2 de enero su toma de nota. El nuevo sindicato liderado por Sergio Morales Quintana, asegura que su propuesta busca alejarse de vicios existentes en otras agrupaciones y en busca de generar una estructura que dé verdaderamente garantías a los derechos contractuales y laborales de los trabajadores. Y en este caso, nacer en las postrimerías de la cuatroté y traer la aprobación es señal de que van por la cabeza de Aldana, pues relevo ya encontraron.