Israel Mendoza Pérez
@imendozape
Sin medir consecuencias electorales, Dante Delgado Rannauro, dirigente de Movimiento Ciudadano, lastimó el acercamiento con Morena a través de Ricardo Monreal, tras el fracaso de la negociación para nombrar a la ministra que cubriría la vacante que dejó Arturo Zaldívar. Con ello erosionó la posibilidad de tener un candidato presidencial externo. Una facción de Morena no juega con emece. El tema de fondo es ver al interior del partido naranja y confeccionar un precandidato al vapor.
Dante Delgado deja correr el tiempo de las precampañas y nadie es digno en su partido para entrarle a la batalla electoral rumbo a junio de 2024. Para el 20 de enero terminan las precampañas y el partido naranja ni tiene presencia en los tiempos destinados en medios de comunicación, ni cuenta con un aspirante.
A pesar de tener en frente a los dos bloques con precandidatas cada uno. El eterno dirigente del partido se discurre en que sea una precandidata y con ello jugar en un piso parejo y tener una presencia de iguales frente a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. De no elegir una mujer quedará rezagado en una competencia por demás histórica para el país y sus procesos electorales.
Sin embargo, desde su fundación, antes Convergencia y luego Movimiento Ciudadano, el ideólogo del partido, Dante Delgado se negó por 20 años a probar una fórmula propia para la creación de candidatos a la presidencia. Nunca preparó cuadros para ese momento, siempre dependió de otros partidos y aspirantes para competir en las urnas. Los resultados están a la vista.
El atorón estriba en el miedo de Dante Delgado a perder espacios, diputaciones y arriesgar el registro de su partido si no va con alguien que le garantice oxígeno político. Mujeres del partido naranja para enfrentar una campaña presidencial histórica, sobran. Martha Tagle, Ivonne Ortega y Patricia Mercado tienen la capacidad de representar al partido; sin embargo, la indefinición de Delgado Rannauro disloca el paso del partido a reafirmarse como una opción alterna.
En este escenario, Patricia Mercado es quien tiene probada la capacidad de precandidata presidencial. Su experiencia en ese campo ya lo tiene explorado y tiene el perfil para hacer una campaña sin las estridencias y polarización que se cierne para el próximo año.
Acostumbrado a la concentración del poder aprendida en la vieja escuela priista, el dirigente eterno de Movimiento Ciudadano, mantiene a los principales liderazgos del partido naranja en una tensión interna incómoda. Su decisión de no competir en las elecciones del Estado de México y de Coahuila, es muestra de ese temor de asumir responsabilidades democráticas.
Dante Delgado ya comenzó a perder capital político, con su desaguisado con el gobernador Enrique Alfaro, su precandidato presidencial Samuel García fue fallido y su enemistad con todos los partidos le juegan en contra a todas sus decisiones. La salida elegante está en postular una mujer, el problema radica en el pasado de Movimiento Ciudadano que no está preparado para competir solo. La dependencia por más de 20 años a otros partidos lo arrinconan a pasar solo como un partido contestatario.