• 28 de Marzo del 2024
TGP

El bulto

 

A Zambrano le pasó la historia encima y dejó que el perredismo quedara en un papel testimonial

 

 

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Al destrabar la alianza Va por México, el PRD quedó como un bulto a lado del PRI y PAN. El priista Alejandro Moreno Cárdenas y el panista Marko Cortés marcaron el rumbo y repartieron la forma en la designación de cargos. A Zambrano le pasó la historia encima y dejó que el perredismo quedara en un papel testimonial.

Mientras la negociación de Moreno Cárdenas permitió que los priistas encabezaran las alianzas en el Estado de México con Alejandra del Moral, y en Coahuila con Manolo Jiménez, el dirigente perredista no logró nada. El PAN lleva mano en el método de selección de candidato presidencial y de Jefe de Gobierno en la CDMX para 2024.

El dirigente perredista expresó un tímido reproche: “Es un acuerdo que ellos hicieron bilateralmente y nosotros no estamos de acuerdo con ello; no podemos aceptar esto, a menos que la sociedad civil en un pronunciamiento, dijeron aceptamos esto”; sin embargo, en su comunicado oficial no reclamó que el PRD estuviera excluido.

Desde la ampliación de la dirigencia Alejandro Moreno se trazó una negociación entre el PRI y PAN de la que quedó excluido Jesús Zambrano y solo tendría un papel de “cacha votos”, pues el trabajo de Zambrano se ha visto debilitado por la falta de trabajo directo en la alianza y de interlocución tanto en el Edomex como en Coahuila. Al tiempo, que los integrantes de su grupo político, Nueva Izquierda, le hicieron un vacío al aspirante a la candidatura presidencial por el partido del sol azteca, Silvano Aureoles en varias plazas.

Ya disipada la duda de que el PRI tuviera un voto timorato ante la votación de la Reforma Electoral versión “plan b”, el panismo de Marko Cortés le dio continuidad al proyecto trazado con Alejandro Moreno. Mientras el priista se mantenga a la cabeza del CEN, a través de la extensión de la dirigencia hasta 2024, vía irregular, tiene el poder y control para negociar y poner candados para que ninguno de los priistas que han alzado la mano para ser abanderado presidencial le compita, con fuerza, la candidatura a los panistas.

Y es que la política de Zambrano es de izquierda trasnochada, mientras el dirigente perredista se declara listo para rescatar a México, deja de lado la estructura de partido y apuesta por una alianza pragmática y pellizcar unos cuantos triunfos estatales para acomodar a Nueva Izquierda a través de la alianza.

En la CDMX, Jesús Zambrano tampoco tiene influencia ni capital para negociar. Incluso, no es su esfera de comptencia, ya que corresponde a la dirigente del PRD en la capital del país, Nora Arias plantear la alianza en la ciudad con los dirigentes del PRI, Israel Betanzos y Andrés Atayde del PAN.

El PRD se encuentra en la antesala de la desaparición. Zambrano se ocupó de darle la última palada al perredismo al no pelear espacios. Tampoco tiene un bastión que ofrecer, pero con esta distribución de cargos se perfila a la extinción de la izquierda guerrillera que representa.