¿Cuánto se deja atrás en esta búsqueda de la felicidad?
¿Cuántos más no pierden la vida en esta utopía?
La cultura del capitalismo nos ha bombardeado hasta el cansancio en películas, canciones y libros la famosa frase “el sueño americano”.
Pero, ¿qué es en realidad el sueño americano?
En Estados Unidos viven 37.3 millones de migrantes mexicanos y Puebla es cuarto lugar nacional con el mayor porcentaje de paisanos en el vecino país, con 7.7% del total, según datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México.
Actualmente, la población migrante de origen poblano que vive en Estados Unidos representa 44% del total de la población en el estado, que es de seis millones 583 mil 278 habitantes, y en 2023 envió un total de tres mil 144.8 millones de dólares (alrededor de 62 mil 896 millones de pesos) en remesas.
Para estos cientos de miles de poblanos que pelean día a día por superarse y tener un mejor nivel de vida, el “sueño americano” ya dejó de ser un auto del año o una casa en las grandes ciudades de la Unión Americana.
Y es que, los casos de éxitos de poblanos migrantes que llegaron solo con una mano por delante como Erasmo Ponce, el famoso “Rey de la Tortilla”, los hermanos Navarro, la familia Zamora o Don Alfonso Álvarez, son cada vez más frecuentes y consolidan a estos connacionales como un importantísimo sector productivo de Puebla y del país.
No, para nuestros paisanos su “sueño americano” ahora pasa por el reconocimiento y la representación de su gran comunidad dentro del sistema político de México.
Y es que, el pasado Grito de Independencia, no fue cualquier grito para los millones de migrantes que viven en Nueva York, pues el desfile del 15 de septiembre por las principales calles de Manhattan cumplió este año 30 años de celebrarse.
Décadas que costaron sangre y sudor para llegar hasta aquí.
En él, los mexicanos que radican en la Gran Manzana salieron orgullosos con sus banderas en todo lo alto con la consigna de nunca más vivir escondidos en la oscuridad ni avergonzados de su sangre azteca.
El orgullo de ser mexicano se apoderó de la llamada “capital del mundo” con el águila, acompañada con el verde, blanco y rojo; con los mariachis, los huehues y las adelitas; con los corridos tumbados, las “trocas” y los sombreros charros.
El mexican power golpeó con más fuerza que nunca.
Por la noche, México se apoderó –como nunca antes había pasado en la historia de Nueva York– del icónico Times Square, en donde se izó la bandera tricolor junto a la de Estados Unidos. Desde aquí, el cónsul de México en NYC, Jorge Islas López, acompañado del gobernador electo Alejandro Armenta, encabezó un muy emotivo Grito de Dolores que resonó por todos y cada uno de los estados que conforman a EEUU.
La promesa de Alejandro Armenta de ser “el gobernador migrante” no solo es un juramento de aire y palabras vacías.
No, la palabra empeñada por el futuro gobernador de Puebla, después de encabezar como Grand Marshal el desfile del 15 de Septiembre, de no abandonar a los migrantes poblanos lleva todo un sistema integral por delante.
Nadie como Armenta Mier conoce a la perfección el esfuerzo y sufrimiento de los migrantes al haber nacido en Izúcar de Matamoros y tener familiares que abandonaron el país buscando el “american dream”.
En su gira por New York, que esta semana continuará por Los Ángeles, el ahora gobernador migrante se comprometió a regresarle el sentido de pertenencia y representación a esta importante comunidad.
El tejido social y el proyecto de estado de Armenta va más allá de los 217 municipios del estado, también incluye a los miles de poblanos radicados en Estados Unidos.
El gobernador electo signó un convenio de colaboración con el rector de la Universidad Municipal de Nueva York, Felipe V. Matos, para instalar un campus virtual en Puebla, además de generar un programa para que los hijos de los migrantes continúen sus estudios, ya que la taza de deserción es muy alta.
También, frente a productores de mezcal asentados en NYC y frente a otros empresarios anunció uno de los programas más importantes de su sexenio: el “Dólar a dólar”, que consta de dar dólar extra por cada uno que los migrantes inviertan en Puebla.
La bolsa anual será de 100 millones de pesos con la opción de aumentar cada año y ésta ya quedará de forma permanente en todas las leyes de egresos consecuentes.
Una de las peticiones más recurrentes de los migrantes, que estriba en el sentido de pertenencia a pesar de la distancia, es la representación de su comunidad en las políticas públicas de Puebla y el país.
Ante ello, Alejandro Armenta se comprometió a dar seguimiento al proyecto de que exista la figura del diputado y regidor “migrante”, figura que podría ser una acción afirmativa para esta comunidad al reservar un espacio por la vía plurinominal para una persona que radique en el extranjero, pero con nacionalidad mexicana.
Sí, Armenta será el gobernador migrante.
Ser y sentirse mexicano es ahora el verdadero “sueño americano”.
@GerardoRuizInc