A Emilo Zebadúa se le cierra la pinza de la justicia, en la cara, y amenaza con apretarlo. A la negociación que llevó a cabo para obtener el beneficio de ser testigo protegido ya le llegó el momento de entregar cuentas. El Ministerio Público Federal le solicitó pruebas documentales y videograbaciones que acrediten sus dichos contra Rosario Robles y Luis Videgaray.
Las versiones al interior de la fiscalía apuntan a que el exoficial mayor en Sedatu y Sedesol, en el sexenio pasado no tiene un expediente sólido para soltar una bomba de gran magnitud y reviente en nombres, fechas, lugares que comprometan de lleno a los excolaboradores de Enrique Peña Nieto. Incluso, su negociación se afloja.
Por ello, Rosario Robles solicitó el criterio de oportunidad. Aunque se encuentra en análisis en la fiscalía, ella lo hizo para responder a su excolaborador. Ya que desde que Emilio Zebadúa, su Oficial Mayor en Sedatu y Sedesol, se acercó a la Fiscalía General de la República y se metió en la oscuridad jurídica ofrecida por el fiscal, Alejandro Gertz, prendió las señales de la exfuncionaria ya que en octubre pasado comenzaron los acercamientos con sus excolaboradores para llegar a “acuerdos” y ofrecer impunidad a cambio de revelar nombres de alto rango en el sexenio pasado y fechas de movimientos financieros escandalosos.
Lo que Zebadúa debe mostrar son las evidencias de las transferencias y ampliaciones financieras que se utilizaron para cubrir los recursos que se emplearon en la llamada estafa maestra, ya que por ley el ex funcionario era el presidente de los comités de adquisiciones y adjudicaciones tanto en la Secretaría de Desarrollo Social como en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, y tenía la responsabilidad de garantizar la legalidad de las solicitudes presupuestales a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Hasta el momento, lo que ha soltado Zebadúa, a cuentagotas, a la FGR dio elementos para abrir distintas líneas de investigación; no se ha llegado a acuerdos definitivos de su beneficio legal, toda vez que las 17 indagatorias en las que aparece como responsable de diversos ilícitos están divididas en dos subprocuradurías. Así que por ello su acuerdo no se encuentra bien amarrado del todo. Las inconsistencias no sólo en sus dichos sino en la recopilación de información es lo que le dará aire para continuar libre.
Zebadúa supo leer el coraje que existe por parte de la cúpula de la cuatroté contra Rosario Robles y ahora ella encarna el rostro de la corrupción del pasado y de la izquierda más ambiciosa. Por eso es que su excolaborador acudió en los primeros días de octubre a la FGR para deslizar lo que sabe. Es una pieza clave para entender lo ocurrido alrededor de este caso; sin embargo, con su información se espera configurar el delito de daño al erario para darle el giro necesario a las acusaciones en contra de Robles de lo contrario, su situación se va a complicar.