Juan Norberto Lerma
En el año 1219, en la región de Provenza, vivió un alquimista que se enamoró de una aristócrata, sin embargo la mujer, más por hacerlo rabiar que por temor a mancillar su linaje, se resistía a abandonar el castillo de sus padres y a vivir en una fortaleza rústica construida junto al Ródano.
Para encandilar a la mujer, el alquimista sembró una flor que revoloteaba como mariposa; por las noches, la flor escondía sus alas y titilaba como estrella. Casi enseguida, la mujer convino en vivir con él y sacrificó su nobleza y le exigió al mago que dejara para siempre sus libros y peroles y que, como todo buen ciudadano, arara la tierra y fuera a la guerra cuando el rey lo ordenara.
El hombre cedió en todo y, en un delirio de amor, le confesó a la mujer que en sus ojos residía toda la magia que poseía.
Entonces, esa noche o alguna otra, la mujer le arrancó los ojos al alquimista. El hombre le preguntó a la mujer por qué había destruido la fuente de todos sus bienes, y luego de llorar un río le respondió que sólo quería asegurarse de que él sólo sería de ella. Podría pensarse que el hombre sufrió, en cambio, días más tarde le surgieron de nuevo un par de ojos, sólo que esta vez ya eran humanos.
Ya sin clarividencia ni milagrería que le enturbiara el corazón, es decir, sin amor, el hombre miró a la mujer tal como era y apenas la encontró soportable.
El alquimista en pocos días abandonó a la mujer que antes quería, volvió a sus libros y a sus peroles, y no pocas veces se le vio detrás de una de las aldeanas, a la que hacía levitar cada que se acercaba al lecho del río, y se embelesaba con las aves que le saltaban de debajo del vestido agitado, cuando ella acarreaba agua para su molino.
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Juan Norberto Lerma
México, Distrito Federal.
Es escritor y periodista. Ha colaborado en diversos medios de comunicación y en varias revistas culturales.
Ha publicado varios libros de cuentos en Amazon, entre los que se encuentran La Bestia entre los días, y Perro Amor.