La globalización mundial nos muestra una vez más lo vulnerables que somos y pone en duda si estamos en el camino correcto.
Desde los inicios de este fenómeno de la eliminación de las fronteras económicas, se ha señalado que los riesgos a los que los países se enfrentaban eran más altos que los beneficios, y vaya que hoy lo estamos pagando con creces.
Se dijo también que los países deberían tender más hacia los consumos locales, para evitar una dependencia externa; sin embargo, pocos hemos hecho caso, aunque nunca es tarde para retomar el buen camino y quizá la senda sea recuperar la identidad y orgullo que existe en cada pueblo y que se manifiesta en sus símbolos patrios.
Esta semana, el día 24 de febrero celebramos a nuestro Lábaro Patrio y unos días antes, el 19, celebramos a quienes la han honrado con su vida. Baste recordar la gesta heroica de los Niños Héroes en el Castillo de Chapultepec, donde el cadete Juan Escutia, ante el avance de las tropas enemigas, prefirió enrollarse en la bandera y arrojarse al vacío antes de que un enemigo de la patria mancillara tan preciado símbolo. La vida antes que ver pisoteada a mi bandera. Eso es tener orgullo e identidad por un país, vaya si somos afortunados los mexicanos por nuestra gente y sus historias.
Nuestra bandera, pocos lo saben, tiene un significado desde su creación; no es una ocurrencia. En 1821, Agustín de Iturbide se inspiró en dar garantías a los mexicanos declarando la Independencia de México. Es entonces cuando nace nuestra Bandera.
En la declaración del Plan de Iguala, Iturbide llevaba la Bandera Trigarante (verde, blanca y rojo), pero en franjas diagonales. Los colores de la bandera garantizaban algunos derechos: el blanco representaba la religión católica; el verde representaba la independencia de México ante España y el rojo la igualdad y la unión de los mexicanos con los españoles y las castas.
A mediados del siglo XIX, con la llegada de Benito Juárez a la presidencia del país, se cambió el significado de sus colores, como consecuencia de la separación del estado con la iglesia: Verde: Esperanza; Blanco: Unidad y Rojo: la sangre de los héroes nacionales.
Hoy más que nunca como mexicanos debemos retomar el significado de nuestros símbolos patrios e impulsar las iniciativas que fortalezcan el desarrollo local.
Debemos de retomar nuestra identidad y demostrarla apoyando todo lo que genera nuestro país y que se ha desplazado por productos extranjeros. Es tiempo de retomar la esperanza, mantener la unidad y hacer honor, así, a la sangre de los héroes nacionales.
Creo que la enseñanza de esta pandemia es clara: debemos fortalecer los mercados internos para impulsar un desarrollo incluyente que derrame beneficios a todos los mexicanos, fortaleza nuestra identidad y nos haga sentir orgullo de este gran país.
Mi felicitación y reconocimiento a las Fuerzas Armadas de este país, que por siglos han demostrado su lealtad hacia México, resguardando nuestra soberanía a costa, incluso, de sus propias vidas.
México está orgulloso de ustedes.
---------------------------------
Twitter @RicardoChavero
Secretario General del Partido Verde en Puebla Capital
