El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, estará en las boletas electorales de 2024 luego de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos determinara que es exclusiva facultad del Congreso excluir a Trump de la boleta, permitiéndole así seguir en la contienda presidencial. Esta decisión tuvo un efecto inmediato en las autoridades estatales que previamente habían inhabilitado a Trump para participar en las primarias de sus estados.
La secretaria de Estado de Maine, Shenna Bellows, retiró su fallo anterior que negaba la elegibilidad de Trump para las elecciones primarias del estado en 2024, citando la decisión de la Corte Suprema. De manera similar, Jena Griswold, secretaria de Estado de Colorado, tuvo que retractarse de su intento de remover a Trump de las papeletas electorales, admitiendo que él es un candidato, aunque expresó su disgusto por lo que considera mentiras por parte del republicano sobre su participación en el asalto al Capitolio de 2021.
Griswold había argumentado que la Enmienda 14 de la Constitución federal impedía a quienes participaron en actos de insurrección presentarse como candidatos, como fue el caso del ataque al Capitolio. Sin embargo, tras el fallo de la Corte Suprema, ningún estado puede excluir a un candidato electoral federal, aunque Griswold insiste en el derecho de los estados a remover a quienes participen en actos de insurrección de las boletas electorales.
La decisión de la Corte Suprema ha generado un reacomodo electoral tanto entre los demócratas como en los republicanos. Trump celebró el fallo del Tribunal Supremo desde su residencia en Mar-a-Lago, resaltando que corresponde a los votantes decidir quién participa en la carrera presidencial. Además, Trump pidió inmunidad presidencial no solo para él, sino para cualquier presidente, argumentando que esta es necesaria para que un presidente pueda ejercer libremente su cargo.
Este fallo del tribunal, anunciado poco antes del "supermartes", podría impactar también en denuncias similares interpuestas por otros estados, como Maine e Illinois. Se considera que esta es la intervención más directa del Tribunal Supremo en unas elecciones desde la decisión en el caso Bush vs Gore, que resolvió una disputa sobre los votos en Florida y determinó la victoria de George W. Bush en 2000.
