• 23 de Abril del 2024

Diana Sánchez, reconocida activista poblana defiende a migrantes en Nueva York

Entre sus logros, de forma coordinada con organizaciones como United We Dream, está la licencia de conducir para migrantes sin documentos y el Fondo de Trabajadores Excluidos durante la pandemia

 

Diana Sánchez, poblana nacida en el municipio de Tehuitzingo y cuyos padres migraron cuando era muy pequeña dejándola al cuidado de sus abuelitos, se define como una mujer fuerte a la que le “gusta decir las cosas como son”. Desde que era adolescente vive en Yonkers, Nueva York, y al poco tiempo se convirtió en una “soñadora”, una dreamer que, mientras estudiaba la educación básica, notaba la lucha diaria que enfrentan miles de migrantes y todas las puertas que tienen que abrirse para que la aportación de los paisanos sea valorada.

Para 1993 ya estaba peleando tras bambalinas por la Reforma Migratoria durante el inicio de gestión del presidente demócrata Bill Clinton. Ahí se convirtió en activista y defensora de derechos con el ejemplo de sus padres que ya tenían varios años en la lucha migratoria en Nueva York.

“Entonces los activistas eran mis papás y yo me encargaba de levantar los teléfonos para las personas que querían ir en el bus hacia Washington DC y pues a pesar de todo el trabajo que se hizo, no pasó la Reforma Migratoria”, recuerda.

Aguerrida desde muy pequeña, en 2016 se unió a un grupo de jovencitas, hijas de padres inmigrantes en Yonkers y que contaban con el programa “Acción Diferida para los Llegados en la Infancia” (DACA, por sus siglas en inglés) promovida por el gobierno de Barack Obama, como una medida de protección ante una posible deportación para todos aquellos hijos de migrantes que estudiaban.

“Empezamos lo que fue el Movimiento Santuario de Yonkers, empezamos a empujar leyes en el estado, en el condado de Westchester, en la ciudad de Yonkers y a nivel nacional. En la ciudad empujamos para que se volviera una ciudad santuario, pero no pasó, por eso se llama el Movimiento Santuario de Yonkers.

“Después, en el estado se empujó la licencia de conducir, esa se logró pasar después con mucho esfuerzo, mucha gente me conoce porque nos movilizamos para la licencia de conducir y porque tenía el caso de mi papá que estaba en deportación”, recordó.

Con el ingreso de Donald Trump a la Casa Blanca empezó una fuerte lucha para que fuera creado el Dream Act para que no desapareciera el programa DACA, pues ponía en grave riesgo de deportación a 800 mil jóvenes migrantes.

“Por eso peleamos a nivel nacional con la organización United We Dream que era de dreamers para que pusieran el DreamAct cuando el presidente Trump ingresó. Con el tiempo nos dimos cuenta que teníamos que organizar y movernos en lo que fue el tiempo político de Trump, porque sí era mucho racismo contra la comunidad migrante que él estaba empujando y eso es lo que nos motivó. Ya con la huelga de hambre de Westchester, me tocó ayudarles lo que era gráfico, todo lo que se ponía en redes sociales; estudié un poquito de diseño gráfico en high school y eso me ayudó”, detalló.

Cuenta en entrevista con Exilio desde Yonkers, vía plataforma digital, que en 2021 nuevamente se sumó al activismo promigrante bajo el cargo de “marshall”.

“Me tocaba ser marshall, así es como empecé. El marshall es una persona que cierra la carretera y básicamente vamos contra los autos, ahí empezó mi rol, traer más personas que se convirtieran en voluntarios en el primer año de 2021. En 2022 ya que estoy ahorita de regional, me tocan llamadas semanales donde les damos información actualizada sobre lo que está pasando con el Fondo de Trabajadores Excluidos”.

 

 

Una mujer reconocida en NY

La licencia de conducir para migrantes en Nueva York fue tan sólo el primero de muchos logros para Diana Sánchez; su activismo ha tocado temas de gran relevancia para la lucha migrante como el Fondo de Trabajadores Excluidos, que protege a los migrantes que perdieron su empleo durante la pandemia.

“Ya con el tiempo hemos peleado por lo que es el Fondo de Trabajadores Excluidos, que es un fondo en toda la nación que se les otorgó a trabajadores que habían perdido su empleo desde marzo de 2020 hasta el año siguiente, que los habían dejado ir por el Covid o que se habían enfermado.

“Logramos que los trabajadores recibieran pagos por semana de 300 dólares, al final el total fue de 15 mil dólares, que para muchos suena demasiado pero no lo es; si te pones a pensar que aquí en NY una persona puede ingresar más de 35 mil dólares por año, entonces no llegamos ni a la mitad de lo que las comunidades hacían”, afirmó. El ingreso promedio de la clase media en Estados Unidos es de 70 mil dólares anuales.

El activismo de la poblana se unió al de 100 organizaciones que formaron parte de la Coalición del Fondo de Trabajadores Excluidos.

“Trabajé con el equipo del Condado de Westchester, hicimos huelga de hambre, nos fuimos a protestar literalmente los días de pascua. En cuaresma estuvimos protestando, nos fuimos con los marchantes y los huelguistas porque en Westchester se hicieron 15 días de huelga de hambre y en la ciudad fueron 23 días”.

El apoyo logrado a los migrantes a través del Fondo de Trabajadores Excluidos fue el motivo por el que la ciudad de Yonkers, en el condado de Westchester, la reconociera como una de las 100 personas más influyentes de la comunidad como parte del listado Westchester Power 100.

¿De qué manera te motivan o te fortalecen las preseas y reconocimientos que te han dado por tu activismo?

“Me río porque hubieras visto el año pasado, me dieron ya el reconocimiento como una de las mujeres más influyentes de aquí de Nueva York y estaba literalmente quebrada, porque estaba haciendo el trabajo de activismo como voluntaria, pero finalmente ya tengo un trabajo estable, en lo que me gusta.

“Soy muy chaparrita y a veces cuando entró a un salón a dar un mensaje, es hasta que empiezo a hablar que me ponen atención; me gusta decir las cosas como son, aunque a veces se me sale la vulgaridad, pero cuando me hacen un reconocimiento es muy bonito, porque están validando lo que tú haces, pero lo que es más bonito es cuando se ganan las luchas, es lo que más me gusta celebrar.

 

¿Cuál es tu mensaje para todos aquellos migrantes que apenas están escalando o peleando por un trabajo o por sus derechos?

“Que es posible. Yo no he terminado la universidad, he trabajado en limpieza de casa antes de trabajar en esto, literalmente dejaba de trabajar para ir a aprender. Pienso que la educación y el aprendizaje no es una pérdida de tiempo, aunque no tengas papeles; uno a veces se decepciona porque no hay puertas abiertas al instante, pero por eso se pelea, para llegar ahí, abrir las puertas y dejar que pasen más personas.

“Cada vez que puedo les digo a los jóvenes que lleguen a una posición, que tengan una posición buena o de influencia y abran las puertas para más personas. Apoyándose unos a otros es la forma en cómo van a poder lograr y alcanzar sus metas”.

DALE, campaña para evitar deportaciones

En 2019, el gobierno de Donald Trump ejecutó, a través de las autoridades migratorias, una serie de redadas en varias plantas procesadoras de alimentos en Mississippi que las organizaciones promigrantes denominaron como Las polleras, de estos operativos fueron deportados de manera inmediata casi 700 migrantes, provocando la movilización de organismos defensores de derechos, los cuales argumentaban que esas redadas eran provocadas por los mismos empresarios.

Diana Sanchez, también forma parte del movimiento nacional de defensa de estos casos de deportación de migrantes con un perfil limpio a través de la campaña DALE (Desde Abajo Labor Enforcement) con el fin de evitar más casos similares.

“Peleamos los casos con inmigración, los dueños de las polleras fueron los que llamaron a inmigración para deshacerse de los trabajadores, más de 300 familias cayeron en deportación y dejaron a muchos niños sin padres, muchas familias separadas”, explicó.

Como parte de la defensa, se investigan casos de abuso y de robo de salarios al interior de las empresas que contratan este tipo de mano de obra.

“El mes pasado, el departamento de trabajo salió a decir que aquellas personas que tuvieran casos en proceso, por pérdida de empleo, maltrato o robo de salario, les iban a mandar una carta al departamento de seguridad para que pusieran un freno a su deportación y pudieran investigar, también para proveerles un permiso de trabajo, mientras esto suceda”.

Aclara que el objetivo principal de la campaña DALE es exhibir a los dueños de empresas que tienen la libertad de llamar a migración para que deporte a los empleados cuando ya no los necesitan, mientras roba sus salarios y genera miedo entre la comunidad migrante.

“Desafortunadamente, el presidente Biden no ha hecho nada por la comunidad migrante, se siguen deportando los mismos números, se siguen deportando a personas que no tienen ningún récord. Estamos ante la posibilidad de que gane Trump en las siguientes elecciones porque el Partido Republicano está creciendo, sabemos que trabajan en antiinmigración, culpando de todo a los migrantes y eso es muy delicado”.

¿Cuál es el panorama para los migrantes y las asociaciones que los defienden si regresa Trump a la Casa Blanca?

“Seguir peleando. Tienen que unirse los trabajadores, las personas indocumentadas no importando qué raza, tienen que unirse todos. Hasta los grupos minorías de LGTBIQ, todos para poder pelear, porque si no todos vamos a salir afectados.

“Estaba en llamada nacional con la subdirectora de la Red Nacional de Jornaleros y están diciendo que van a empezar a debatir que lo que viene para los próximos años es ir contra la ley que permite que los niños migrantes y los hijos de padres inmigrantes o todos aquellos que nacieron en Estados Unidos de padres migrantes pierdan el derecho a la educación.

“Hay que ser precavidos de lo que viene y unirnos más que nada. Después de Roe vs Wade, vimos que las organizaciones tenemos mucho trabajo que hacer. Nos dio una cachetada a todos, pensando que estábamos sentados bien tranquilos con Biden y pensando que todo estaba bien, mientras están haciendo todo en contra. La realidad es que sí se nos va a venir pesado y tenemos que trabajar”.

 

En el límite de la detención por su activismo

La agenda diaria de la activista poblana está saturada, entre su vida como esposa y madre de familia, las reuniones con organizaciones, las nuevas estrategias para defender a los paisanos, el anuncio de las próximas jornadas en la zona triestatal y continuar con la defensa del status legal de su padre, quien fue detenido por manejar sin licencia manteniéndolo en riesgo de deportación.

 

¿El caso de tu papá registra algún avance?

“Me ayuda ser activista, porque el caso de mi papá pude pelearlo teniendo de aliado mi activismo, la gente me dio cartas para detener su deportación, dirigidas a sus oficiales electos, con sus congresistas, con los del condado, con los de la ciudad, me apoyaron hasta el último. Siempre agradezco a todos los que me ayudaron, porque eso no lo hubiera logrado si no fuera activista.

Desafortunadamente, este activismo mantiene a Diana en el límite de la detención, por eso debe cumplirlo con la precaución de no ser detenida por la autoridad migratoria durante alguna protesta, pues podría perder su residencia y ser separada de su familia.

“Yo tenía DACA y cuando salí del país con el advance parole (un permiso legal que le otorgan a los dreamers una vez al año); pude viajar a México en 2016, regresé y cambió mi status de illegal entry (entrada ilegal) a entrada con permiso y ya pude ajustar el status con mi esposo.

¿Ya eres residente?

“Sí, ahorita gracias a Dios ya soy residente, tengo que esperar hasta que me vuelva ciudadana, por sí vuelvo a ser arrestada en las acciones, a veces quisiera yo participar con tanto cariño, pero desafortunadamente si me arrestan puedo perder hasta mi residencia”.

¿Qué te falta para ser ciudadana?

“Solamente me falta un año más con residencia y ya podría yo podría aplicar”.