La jornada incluyó labores de limpieza, caleo de árboles y pintura de guarniciones, con la participación activa de vecinas, vecinos y funcionarios, entre ellos Michelle Talavera y Carlos Márquez. Las faenas, aseguró el mandatario, no son para la foto, sino para trabajar y demostrar que el servicio público se ejerce desde abajo, hombro con hombro con el pueblo.
Durante el evento, Armenta enfatizó la necesidad de mantener las obras existentes, no sólo construir nuevas. Propuso la creación de un comité de mantenimiento para la carretera que conecta con el mercado de Tepeaca, y recordó la importancia del programa Bachetón, que atiende necesidades pequeñas y grandes, desde un bache hasta proyectos como el GTM en el Pico de Puebla.
El gobernador recordó su paso por San Nicolás Bravo en 1989, destacando que su experiencia le enseñó a valorar el esfuerzo colectivo y la dignidad del trabajo. “No soy más que nadie. No me ofende que me digan el gobernador que barre, pinta o bachea. Es un ejemplo, no una etiqueta”.
Vecinas como Ana Elena Mungía Cervantes y Anahí López reconocieron la importancia de las faenas comunitarias, tanto por su impacto en la seguridad como por la limpieza de áreas comunes.
Con una visión humanista, Armenta afirmó que la faena va más allá del esfuerzo físico: compartir lo que uno sabe también es servir. “Esto es un asunto bioético, un acto de amor a Puebla”, subrayó.