• 22 de Diciembre del 2024
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El veneno de López-Gatell y sus detractores

El subsecretario de Salud es la pieza fundamental en la política de la 4T, lo que le ha generado enemistades con grades consorcios de alimentos procesados

“En lo amargo está lo bueno, y en lo dulce, el veneno”, dice un viejo refrán que en la actualidad ha cobrado una vigencia vital. La pandemia mundial de Covid-19 ha obligado a los gobiernos a observar lo que come la población, pues enfermedades como la obesidad, diabetes e hipertensión son factores que favorecen la muerte por coronavirus.
No en vano, Reino Unido anunció medidas estratégicas que incluirá su plan nacional contra el sobrepeso, después de que un estudio señalara a la obesidad como un agravante del SARS-CoV-2.
Entre las medidas anunciadas, figura la prohibición en la televisión y en línea de la publicidad de "comida chatarra" antes de las 21:00 horas, “cuando los niños son más susceptibles de estar expuestos a ella”.
Además, la obligación de los restaurantes y cadenas de comida que tengan más de 250 empleados, de informar sobre el número de calorías de sus menús; los supermercados tendrán que evitar los descuentos de productos ultraprocesados y no podrán colocarlos en lugares clave como la entrada.
En 2019, se dio a conocer el caso de un joven británico de 17 años que perdió la vista por comer productos chatarra. Desde que dejó la escuela primaria saciaba su apetito con frituas, pan blanco y ocasionalmente algo de jamón o salchichas. El joven no tenía sobrepeso, pero estaba gravemente desnutrido. Las pruebas mostraron que estaba anémico con bajos niveles de vitamina B12.
En Estados Unidos, cerca de 40 por ciento de la población presenta cuadros de obesidas o sobrepeso; 48 por ciento de las mujeres hispanas adultas y 40 por ciento de los hombres hispanos adultos que viven en los Estados Unidos son obesos, según la Oficina de Salud de las Minorías del Departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS). Sin embargo, el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tomado la decisión de que pizzas, hamburguesas y patatas fritas vuelvan a los comedores escolares de su país.
Un estudio del Instituto de Investigación de Florida, ingerir cotidianamente comida rica en calorías y grasas genera una adicción similar al que causan la cocaína y heroína.

Impuestos a los productos
En la Unión Europea se ha buscado atajar el tema desde el punto vista estrictamente económico. Portugal tiene un impuesto especial para los alimentos cargados de sal, como las papas fritas. En Francia hay una tasa especial para la comida chatarra desde 2016 que depende de la cantidad de calorías del alimento y hasta en Berkeley, California, las autoridades estipularon impuestos especiales en las bebidas azucaradas, lo que logró una reducción en su consumo hasta de 50 por ciento.
En México, a partir del 1 de enero de 2014, entró en vigor el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a los alimentos no básicos de alta densidad calórica (275 kilocalorías por cada 100 gramos).
De manera gradual, el impuesto fue trasladado a la inflación de algunos productos de densidad calórica alta, antes de regresar a los niveles inflacionarios previos al impuesto. La continuidad del impuesto no afectó la dinámica inflacionaria de los alimentos a partir de 2015, refiere un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPMS).
Concluyó que el impuesto debe ir acompañado de medidas que faciliten su persistencia y traslado a la dinámica inflacionaria de los productos con impuesto. En opinión de la OPMS la recaudación de estos impuestos debe fomentar y facilitar el consumo de alternativas saludables, así como acompañarlo de medidas educativas que modifiquen los hábitos de consumo de manera sostenida en el mediano y largo plazos.
En el Senado de la República se encuentra en análisis una propuesta para incrementar el IEPS, tanto a alimentos procesados como a bebidas azucaradas para que sea equivalente a la mitad de su precio. Ese es un incremento sustancial respecto al actual impuesto a bebidas azucaradas que consiste en 1.26 pesos por litro.
La iniciativa impulsada por el morenista Salvador Jara subraya que propondrá más reformas para que el IEPS recaudado por bebidas azucaras y alimentos chatarra se destine específicamente a atender problemas relacionados con obesidad y enfermedades crónicas.
La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) ha sostenido que el impuesto tiene un mayor impacto en zonas rurales y familias de bajo poder adquisitivo y con precariedad en el acceso a servicios básicos. Además, han sostenido que las bebidas azucaradas tienen doble tributación, pues además del IEPS el consumidor final paga el IVA.

Nuevo etiquetado de bebidas y alimentos
Hace tres años fue avalada la Ley de Etiquetado en Chile, una medida que restringe productos envasados altos en calorías, grasas saturadas, sodio y azúcar, lucha antiveneno que se ha transformado en un modelo mundial alimentario. Un hexágono negro forma parte de la etiqueta de los productos más perjudiciales.
La medida sirvió de inspiración para el etiquetado en Méxo, donde se comenzó aplicar con octágonos. El nuevo etiquetado utilizará seis octágonos para resaltar la cantidad de ingredientes poco saludables —también llamados nutrientes críticos— que contienen los productos de consumo.
“Exceso de calorías", "exceso de azúcares", "contiene edulcorantes", "no recomendables en niños” y “contiene cafeína, evitar en niños”, son las indicaciones que debe llevar el producto en negras y forma obligatoria.
De acuerdo con lo establecido en la NOM-051, a partir del 1 de octubre de 2020, las empresas dedicadas a la elaboración de ultraprocesados deberán cumplir con estos nuevos lineamientos de etiquetado; los productos sin etiqueta podrán permanecer en el mercado hasta el 30 de noviembre.
Esta reforma llega después de más de tres años de que la Secretaría de Salud hiciera la declaratoria de emergencia epidemiológica por un aumento excesivo en la población que padece sobrepeso y obesidad, padecimientos que pueden provocar enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes e hipertensión.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reconoció que el nuevo etiquetado es uno de los mejores del mundo por su claridad, sencillez y la información que ofrecerá a los consumidores.
Sin embargo, Coca-Cola Femsa solicitó un amparo contra el nuevo etiquetado, pues considera que la reforma podría perjudicar su negocio en México. “La Compañía ha promovido un juicio de amparo en contra de esta reforma, la cual se encuentra pendiente de resolución. La Compañía no puede asegurar que esta reforma no tendrá un efecto adverso en su negocio y en los resultados de sus operaciones en México”, detalló la firma a la Bolsa Mexicana de Valores.

asesinocereal

Lo que sigue es peor
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez calificó como “veneno embotellado” a los refrescos, circunstancia que despertó las airadas protestas de industriales de la "comida chatarra" y sus voceros.
La ANPRAC respondió con un comunicado refiriendo que el funcionario está estigmatizando injustamente a las bebidas gaseosas. Lo cierto es que todas las organizaciones de salud tienen claro que tomar grandes cantidades de bebidas azucaradas puede aumentar el riesgo de aumentar peso y desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas y gota.
Datos de Inegi indican que durante 2018, hubo 638 mil 862 decesos relacionados enfermedades, lo que representa 88.4 por ciento de las muertes totales en el país, todas relacionadas con la mala alimentación.
Las tres principales causas de muerte, tanto para hombres como para mujeres,
son enfermedades del corazón como hipertensión (149 mil 368, 20.7 por ciento), diabetes mellitus (101 mil 257, 14 por ciento) y tumores malignos (85 mil 754, 11.9 por ciento).
El pasado 23 de julio, Ruy López Ridaura, Director General del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), informó que del total de personas que fallecieron por coronavirus 73 por ciento padecían al menos una de las enfermedades citadas anteriormente; es decir, al menos una comorbilidad.
Lo malo es que en muchos casos las personas ni siquiera sabes si tienen diabetes, hipertensión, obesidad o problemas cardiovasculares, comorbilidades que combinadas han afectado a 67 por ciento (del 73 mencionado) de las personas que murieron por Covid-19.
López-Gatell afirmó que del total de muertes que en el país, 722 mil se pueden atribuir al consumo de bebidas azucaradas y comida "chatarra".
Subrayó que México los productos industrializados desplazaron a la comida natural y destacó que la causa fundamental de la mala alimentación de la población más allá de una decisión personal, depende más del mercado alimentario.
Aunque hay medidas para la activación física, esta actividad no lograría contrarrestar la enorme sobre oferta de productos con excesos de calorías, de azucares, grasas y sales.
“La política del Gobierno mexicano está dirigida a cambiar los elementos estructurales; es decir, económicos, del sistema agroalimentario y se sintetiza con el objetivo del Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (GISAMC) de lograr un sistema alimentario sostenible”, expresó el funcionario.
Como consecuencia de la pandemia, López-Gatell se ha convertido en la figura de mayor exposición pública, luego del presidente Andrés Manuel López Obrador, circunstancia que lo ha hecho objeto de críticas de orden político desde una oposición desdibujada que ha encontrado en el epidemiólogo un objetivo de críticas por sus postura sobre el uso del cubrebocas.
El funcionario de salud ha explicado con claridad que de nada sirve el uso del cubrebocas si los ojos están expuestos o su uso es prolongado, pero que en lugare cerrados es recomendable su uso.
Detrás de las críticas sobre el manejo de la pandemia están otros intereses, precisamente el de refresqueras y productores de almimentos procesados, pues López-Gatell también ha favorecido el etiquetado, además de celebrar la prohibición de venta de esos productos a menores en varios estados del país.
El pasado 5 de agosto, el Congreso de Oaxaca aprobó un dictamen para prohibir la venta, regalo y suministro a menores de edad alimentos considerados “chatarra” con la modificación de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
Doce días después, en Tabasco votaron en favor de prohibir la venta de alimentos altamente procesados y bebidas azucaradas a menores de 18 años.
Colima, Jalisco, Hidalgo, Chihuahua, Veracruz, Tabasco, Oaxaca, Estado de México, Durango y Aguascalientes también discuten la posibilidad de avalar leyes prohicionistas que coloquen a estos productos en la misma categoría que los cigarros y las bebidas alcohólicas.
La jefa de gobierno de CDMX, Claudia Sheinbaum, también mencionó como posibilidad de ampliar la prohibición para que menores compren comida chatarra, refrescos, y bebidas azucaradas podría convertirse en ley en todo México.
El riesgo de que un niño sea obeso aumenta 60 por ciento con cada bebida azucarada adicional consumida diariamente. Los niños que toman bebidas azucaradas gaseosas casi duplican el riesgo de sufrir caries dentales.
La Unicef y OMS han emitido declaraciones de apoyo a las nuevas normas, que están enmarcadas en el Artículo 4 de la Constitución que afirma que "toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad y el Estado lo garantizará".
El tema mantiene su vigencia, pues a casi seis meses de la cuarentena, haberse quedado en casa supone el riesgo de que aumente la obesidad en América Latina, según alertó la OPMS.
“No debemos descartar la posibilidad de que se disparen las tasas de obesidad por los consumos de comida chatarra, de bebidas no recomendables”, dijo Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS.
La política pública puesta en operación por el equipo de López-Gatell y por los Congresos estatales cobra relevancia en virtud de que efectivamente los alimentos procesados fueron en muchos casos lo único al alcance en el momento más alto del aislamiento social.
Habrá que ver si el epidemiólogo resiste el embate de las grandes corporaciones y los otros poderes avalan la puesta en marcha de politícas que beneficien la reducción en el consumo de esos venenos por alimentos saludables al alcance de todos.