La madrugada de este miércoles, el Senado reeligió a Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para el periodo 2024-2029, con 87 votos a favor de los 127 emitidos. La votación por cédula generó tensiones entre los legisladores, sobre todo ante la solicitud de los senadores de Acción Nacional (PAN) para asegurar el anonimato mediante una mampara, acción que fue rechazada por la mayoría de Morena.
Durante el proceso, Piedra Ibarra se impuso a Nashieli Ramírez Hernández, quien recibió 36 votos, y Paulina Hernández Diz, quien obtuvo un solo voto. Además, hubo tres abstenciones. Tras el conteo, la bancada de Morena celebró al unísono entonando “Las Mañanitas” para conmemorar el cumpleaños 71 del expresidente Andrés Manuel López Obrador, en un gesto de respaldo que marcó el tono de la sesión.
El PAN, representado en tribuna por el senador Ricardo Anaya, solicitó la instalación de una mampara para garantizar la secrecía del voto, argumentando que el salón estaba “lleno de cámaras”, lo que consideraron una amenaza contra el voto libre. Anaya expresó: “Que la Mesa Directiva garantice que las boletas no están marcadas ni foleadas (…) y que la boleta se entregue inmediatamente antes de ingresar a la mampara”. La mayoría de Morena, sin embargo, rechazó la petición y provocó un forcejeo cuando la senadora María Martina Kantún Can intentó retirar la mampara.
La tensión escaló con las declaraciones del senador Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena, quien arremetió contra Anaya acusándolo de “calderoncito” y de “heredero de los fraudes electorales”. “Piensa el león que todos somos de su condición”, expresó López Hernández, desestimando los cuestionamientos de la oposición.
El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, respaldó la postura de Morena e insistió en que “aquí manda la mayoría”. Dirigiéndose a la bancada opositora, reiteró que se respetarían los acuerdos previos que excluían el uso de la mampara, al tiempo que acusó a algunos senadores del PAN de "violencia" al tratar de mantener la estructura.
Ante la reelección de Piedra, los senadores del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano expresaron su inconformidad. Ricardo Anaya recordó que al menos diez senadores de Morena no estaban de acuerdo con la continuidad de Piedra en la CNDH. Entre sus argumentos, destacó que “la señora llegó hace cinco años a través de un fraude”, refiriéndose a su elección inicial, y solicitó proyectar un video en el pleno para respaldar su denuncia.
Alejandra Barrales, senadora de Movimiento Ciudadano, desplegó una manta en el salón de plenos en la que señaló que Piedra no fue la mejor evaluada entre las candidatas propuestas. “Ahí está la lista (…) no fue la mejor evaluada, fue la peor”, enfatizó Barrales.
Por su parte, la priísta Cristina Ruiz Sandoval criticó a Morena por recompensar la “lealtad ciega” en lugar de la meritocracia: “En Morena ser palera tiene su recompensa”, afirmó desde la tribuna.
La polémica alcanzó incluso a los altos cargos de Morena, cuando el panista Marko Cortés cuestionó las ausencias y posturas de sus integrantes. Mencionó el caso del senador Javier Corral, presidente de la Comisión de Justicia, quien se había pronunciado en contra de la reelección de Piedra. También resaltó que Yeidckol Polevnsky tomó licencia en esa sesión, insinuando que pudo haberse debido a presiones para votar a favor de Piedra. Cortés cuestionó: “¿Será porque la presionaron para votar y ella prefirió no hacerlo?”.
La discusión sobre el proceso de votación y el papel de la Mesa Directiva continuó con un cruce de declaraciones entre los partidos. Adán Augusto López Hernández calificó de hipócrita la postura del PAN y pidió proyectar un video de sesiones anteriores donde, según dijo, los panistas también habrían violado la secrecía del voto. “Basta de hipocresías y de doble moral”, expresó el líder morenista, antes de señalar que “el que escupe pa’rriba, del cielo le cae”.
Al finalizar la sesión, Rosario Piedra rindió protesta para su nuevo periodo al frente de la CNDH. La controvertida reelección se selló en un clima de profundas divisiones en el Senado, dejando entrever la polarización entre los partidos y el poder de Morena para imponer su mayoría en temas sensibles como la defensa de los derechos humanos.