El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como "de risa" las críticas del expresidente Ernesto Zedillo a la reforma del Poder Judicial. Durante su conferencia matutina, el mandatario sostuvo que los señalamientos no pasan de ser una burla, y que sus adversarios "hacen el ridículo", sin que eso afecte el avance de su gobierno.
López Obrador agradeció a sus opositores por su comportamiento, al que describió como respetuoso y responsable, lo que, a su parecer, ha permitido que su administración avance pacíficamente. "Nuestros adversarios se enojan, calumnian, me insultan, pero no pasan de ahí. Traen a Zedillo para decir que México ya es una dictadura, y es de risa. Hacen el ridículo, pero no pasan de ahí", afirmó el mandatario.
El pasado domingo, Ernesto Zedillo, quien fue presidente de México entre 1994 y 2000, expresó su preocupación por la reforma al Poder Judicial. Según Zedillo, dicha reforma busca debilitar la independencia del sistema judicial y someterlo al control de la fuerza política en el poder. En ese contexto, López Obrador respondió que las críticas del exmandatario no causan ningún daño a su administración.
López Obrador también minimizó las declaraciones de Zedillo, señalando que si el expresidente llamara a una acción más concreta, como la convocatoria a una huelga de pagos de impuestos, podría generar algún problema, pero subrayó que eso no ha sucedido. "No llama a que se lleve a cabo una huelga de pago de impuestos, por ejemplo. Si le hicieran caso, a lo mejor podría causar algún problema, una disminución en la recaudación, y eso nos afectaría, pero no, no, actúa en ese sentido de manera responsable", puntualizó.
La reforma al Poder Judicial ha generado un amplio debate en los círculos políticos y jurídicos del país. Mientras que el gobierno defiende los cambios como necesarios para mejorar el sistema judicial, sus detractores aseguran que pone en riesgo la autonomía del Poder Judicial. Zedillo, en su intervención, advirtió que dicha reforma podría erosionar los contrapesos democráticos que han sido clave para la estabilidad institucional en México.
López Obrador ha respondido en varias ocasiones a las críticas de figuras políticas y empresariales, resaltando que su gobierno ha avanzado de manera pacífica en la transformación del país. En este contexto, el presidente subrayó que, a pesar de las críticas, no ha habido confrontaciones violentas ni mayores obstáculos que detengan el proyecto de la llamada "cuarta transformación".
El presidente reiteró que sus opositores, a pesar de sus comentarios, no han logrado frenar los cambios en marcha. Para López Obrador, el hecho más relevante es que el avance hacia la transformación ha sido pacífico y se ha realizado sin mayores altercados con la oposición. En este sentido, consideró que la retórica de sus adversarios no representa un desafío real para su gobierno ni para los proyectos que tiene en curso.
Hasta el momento, la reforma judicial sigue siendo uno de los puntos más polémicos de la agenda política del actual gobierno, y se espera que continúe generando reacciones entre los distintos actores políticos y sociales del país.