En mayo pasado, un espeluznante incidente conmocionó a la comunidad de San Pablo Tecalco, en Tecámac, Estado de México (Edomex), cuando un hombre identificado como Sergio Morales Buendía, un expolicía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), arrojó a un indefenso perrito llamado “Scooby” a un cazo con aceite hirviendo frente a una carnicería. Este cruel acto de maltrato animal indignó a la opinión pública.
Recientemente, después de un juicio que captó la atención de muchos, Sergio Morales Buendía fue declarado culpable por maltrato animal. La jueza encargada de este caso en el Edomex, con sede en el Distrito de Ecatepec, emitió una sentencia que ha generado controversia. Aunque el agresor fue condenado, se le otorgó el beneficio de libertad condicional, lo que ha suscitado preocupación y debate entre los defensores de los derechos de los animales y la ciudadanía en general.
Según la sentencia, Morales Buendía podrá salir en libertad condicional mediante el uso de un brazalete electrónico, una vez que cumpla con la reparación del daño y se disponga del dispositivo de rastreo. Hasta que se cumplan estas condiciones, permanecerá en el centro de reinserción social.
La pena impuesta incluye el pago de una multa de 38 mil 902 pesos y una cantidad adicional de 28 mil 217 pesos como reparación moral del daño, a favor del Fondo para la Protección de los Animales del Estado de México. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) logró una sentencia de 5 años y 7 meses contra Morales Buendía por este cruel acto.
Este caso ha suscitado críticas hacia el sistema judicial, planteando preguntas sobre la efectividad de las leyes de protección animal en el país y la necesidad de revisar y fortalecer las penas para los perpetradores de tales actos de crueldad. La sociedad, en su conjunto, sigue atenta al desarrollo de este caso, con la esperanza de que se haga justicia y se envíe un mensaje claro en contra del maltrato animal en México.