Álvaro Ramírez Velasco / Enviado
Ciudad de México.- Desde que apareció en el salón destinado para el anuncio, Claudia Sheinbaum Pardo mostró una sonrisa absoluta, sincera, amplia. Su rostro por sí mismo reflejaba el resultado en su favor en el proceso interno de Morena, que luego las cifras confirmaron como una completa paliza contra sus adversarios: casi 14 puntos de ventaja sobre el segundo lugar y a más de 30, en promedio, del resto.
En contraposición, el tabasqueño Adán Augusto López Hernández parecía asistente a un velorio. Su cara estaba deslucida y pálida, como su lejano y cerrado cuarto lugar, como la sepultura contundente a su sueño presidencial.
Claudia, flanqueada por Mario Martín Delgado Carrillo y Francisco Alfonso Durazno Montaño, presidentes del Comité y del Consejo nacionales, respectivamente, subió al templete notablemente emocionada.
La respiración agitada fue menguando con inhalaciones profundas, como suspiros sordos. La sonrisa permaneció plena.
Los ojos de la hoy candidata presidencial, con membrete de coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación (4T), se perdió en el horizonte por momentos, mientras Delgado pronunciaba un discurso que pareció eterno para los más de 350 reporteros que en ese salón del World Trade Center esperaban ansiosos los resultados, tras más de una hora de retraso.
La única ausencia
Mientras el colimense Delgado hablaba, Ricardo Monreal Ávila, el senador con licencia, jugueteaba sus dedos sobre la barbilla. A ratos intercambiaba comentarios al oído con el verde ecologista Manuel Velasco Coello.
José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña le buscaba breves e intermitentes conversaciones a Sheinbaum, pues había quedado a su lado, mientras hablaba Mario Martín.
La ausencia del ex canciller Marcelo Luis Ebrard Casaubon no pesaba, no se sentía, no importaba.
El relevo
El presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) explicó el momento del relevo en el liderazgo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
"Podemos estar seguros de que vivimos verdaderamente un momento estelar en la historia de México.
"El ciclo político de una vida extraordinaria y única, la de Andrés Manuel López Obrador, el líder político más importante de nuestra generación y del último medio siglo, y fundador de nuestro partido-movimiento, está por entrar en una nueva etapa de su recorrido.
"Ahora nos toca a nosotros continuar con la transformación de la vida pública de México.
"Una vez elegido el nuevo liderazgo, es tarea y responsabilidad de todos y todas cerrar filas en torno suyo para apuntalar nuestro movimiento, nuestro programa y nuestro proyecto histórico, que para consolidarse requiere de muchos años más, incluso décadas. Vayamos unidos a la cita con la historia, vamos a ganar el futuro en el 2024. La victoria seguirá siendo nuestra".
Claudia miraba al horizonte y la sonrisa aparecía, plena, amplia sobre las dos comisuras.
Los resultados
Llegó el momento de la aritmética. Los irrebatibles resultados.
Francisco Alfonso Durazno Montaño, gobernador de Sonora y presidente del Consejo Nacional morenista confirmó lo que se respiró toda la tarde, todo el proceso, todos los 70 días de recorridos por el país: es Claudia.
“No hay ningún incidente que haya afectado de manera definitiva el resultado final (...)
“Nos propusimos como meta llevar a cabo cinco ejercicios demoscópicos con un total de casi 12 mil 500 cuestionarios efectivos; 2 mil 500 aproximadamente por cada encuestadora.
“Se trata de una muestra sumamente robusta con una amplísima capacidad para conservar su integralidad y representatividad. Su margen de error es consecuentemente mucho menor (...)
“Del centro de estudios estadísticos y sociales del partido, que es la comisión de encuestas.
“Marcelo Ebrard: 25.6 por cierto; Adán Augusto López Hernández: 10 por ciento; Ricardo Monreal: 6.5 por ciento; Gerardo Fernández Noroña: 12.2 por ciento; Claudia Sheinbaum Pardo: 39.4 por ciento y Manuel Velasco: 6.3 por ciento”, leyó el sonorense, antes de ir a los otros estudios que estaban muy en sintonía con el oficial.
Sin sobresaltos
Cuando las matemáticas le dieron la razón a Claudia Sheinbaum, la sonrisa a plenitud la acompañó con una mirada larga, sin pestañear a todo el salón, mientras los invitados especiales coreaban “presidenta, presidenta”.
La tarde que en la capital del país fue tocada por la lluvia fue reuniendo a cientos de simpatizantes de Morena, quienes rodearon las entradas de la calle Dakota del enorme edificio que en un tiempo fue conocido como el Hotel de México, hoy World Trade Center.
Senadores, diputados, miembros de las dirigencias de los partidos lopezobradoristas y hasta el gobernador de San Luis Potosí, militante del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), buscaron la foto con la candidata, quien al final del acto dejó tres mensajes definitivos: las puertas siguen abiertas para los disidentes, con dirección a Ebrard; el triunfo será contundente en 2024, con destino a la oposición, y el futuro comienza mañana, con dedicatoria a la militancia.
"Quiero también decir que la unidad es fundamental y que las puertas siempre están abiertas, que nunca se van a cerrar...
"Hoy ganó la democracia, hoy decidió el pueblo de México y soy la coordinadora nacional de defensa de la transformación por decisión del pueblo de México.
"Ese trabajo también es en equipo y por eso digo que nos los necesitamos de todos y de todas de hecho, adelanto: el día de mañana he pedido que nos reunamos, porque mañana inicia el proceso electoral a nivel nacional y no hay un minuto que perder; así que el día de mañana nos vamos a reunir todos y todos los que estamos aquí para iniciar este proceso y dar los pasos adelante, porque no hay tiempo que perder (...)
"Vamos a ganar las diputaciones, vamos a ganar las senadurías, vamos a ganar las gubernaturas, y va a haber presidenta de la república y será de la Cuarta Transformación".
Luego las fotos, las porras, las arengas, las promesas de apoyo, los abrazos...
Claudia no dejó de sonreír.
La paliza ameritaba la alegría.