La Secretaría de Salud, a través de sus hospitales federales e Institutos Nacionales de Salud, ofrece atención médica integral y gratuita a todas las personas adultas mayores que carecen de seguridad social. Esta atención se brinda en espacios específicos, como clínicas o unidades de geriatría.
Un ejemplo de ello es la Unidad Geriátrica de tercer nivel del Hospital General de México (HGM) "Eduardo Liceaga", bajo la dirección de Guadalupe Mercedes Lucía Guerrero Avendaño. Esta unidad es pionera en su tipo, con un enfoque médico-quirúrgico y un abordaje multi e interdisciplinario. Su objetivo es proporcionar atención adaptada a las características y necesidades de los pacientes de la tercera edad para mejorar su calidad de vida.
La directora del HGM destacó que el enfoque multidisciplinario conlleva ahorros en insumos y costos hospitalarios. Los padecimientos que tienen un alto impacto en la funcionalidad y que afectan más a las personas adultas mayores son los de tipo renal, cardiaco, pulmonar y cognitivo.
Explicó que la Unidad Geriátrica se compone de las Clínicas de Nefrogeriatría, Neurogeriatría y Neumogeriatría. Además, en este hospital se están estableciendo las clínicas de Ortogeriatría, Urgencias Geriátricas, Cuidados Paliativos Geriátricos y Cardiogeriatría.
En el Día Nacional de las Personas Adultas Mayores, que se celebra el 28 de agosto, la directora señaló que más del 68 por ciento de los pacientes que buscan atención médica superan los 60 años de edad.
Por lo tanto, es crucial promover modelos de atención geriátrica con una visión a largo plazo de al menos 40 años, centrados en conocimiento, investigación, personal capacitado, infraestructura y enfoques adecuados para evaluar el estado funcional y el pronóstico del paciente, afirmó Guerrero Avendaño.
Al respecto, la directora general del Instituto Nacional de Geriatría (Inger) de la Secretaría de Salud, María del Carmen García Peña, informó que se estima que hay 15 millones 175 mil personas de 60 años y más. De ellas, 47.5 por ciento son independientes, 32.3 por ciento tienen dependencia leve, 17.4 por ciento tienen dependencia severa y 2.7 por ciento tienen dependencia total.
Explicó que la dependencia funcional de una persona se evalúa según el nivel de dificultad para ver, oír, caminar, hablar, bañarse o recordar, entre otros aspectos. Una dependencia leve implica pocas limitaciones para cubrir las necesidades básicas; la dependencia severa indica mucha dificultad y la dependencia total impide a la persona llevar a cabo cualquier actividad.
García Peña resaltó que uno de los desafíos en este ámbito es la atención a los cuidadores, ya que destinan tiempo, recursos económicos y energía para satisfacer la alta demanda de apoyo a las personas adultas mayores.
Por lo tanto, recomendó identificar los factores de riesgo, los signos de sobrecarga y los síntomas depresivos para evitar el agotamiento de los cuidadores. "El instituto produce publicaciones periódicas que abordan temas de interés para las personas adultas mayores, la comunidad científica, la sociedad en general y los cuidadores, utilizando un lenguaje claro", añadió.
La especialista sostuvo que México enfrenta retos de gran magnitud asociados al envejecimiento, como la transición epidemiológica que ha convertido a las enfermedades crónicas y degenerativas en principales causas de discapacidad y muerte, así como la disminución de la disponibilidad de cuidadores, la pandemia por Covid-19 y el rápido crecimiento demográfico.
En 2020, las cinco principales causas de mortalidad en personas mayores de 65 años fueron las enfermedades cardíacas (incluyendo la cardiopatía isquémica y la hipertensión), las fracturas debido a accidentes, la diabetes mellitus, el cáncer y los problemas renales.
En relación con el Día Nacional de las Personas Adultas Mayores, la directora del Inger compartió a modo de anécdota que algunas personas sugieren que esta fecha se eligió debido a su coincidencia con el día del fallecimiento de San Agustín de Hipona, considerado el "patrón de las personas mayores".
