Durante la ceremonia fúnebre de los sacerdotes jesuitas asesinados en Chihuahua, el jesuita Javier “Pato” Ávila lanzó un mensaje al presidente Andrés Manuel López Obrador pues expresó que “los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”.
El sacerdote quien le pidió al presidente de México cambiar su estrategia de seguridad de “abrazos, no balazos”, debido a la muerte de los jesuitas Joaquín Mora Salazar y Javier Campos.
“Además, aseguró que es grande el dolor que deja el asesinato de los sacerdotes jesuitas y exhortó a no dejar perder la memoria de los sacerdotes Joaquín y Javier, porque aunque “los sistemas le apuestan al olvido, nosotros le apostamos a la memoria porque como bellamente dice Mario Benedetti el olvido está lleno de memoria”, dijo el párroco.
Por otro lado, con la vestimenta tradicional de la Alta y Baja Tarahumara, 11 mujeres y dos hombres danzaron y presentaron sus respetos al “Padre Gallo” y al “Padre Morita”, como los llamaban cariñosamente y con quienes convivieron por espacio de dos a tres décadas.
Los guías espirituales de las comunidades serranas yacían en el altar del templo, recinto de la Compañía de Jesús, enmarcado en la rigurosa liturgia jesuita.
Multitudes aguardaban afuera en la esquina de las avenidas Ocampo y 20 de Noviembre, donde las filas de personas daban vuelta, así como de vehículos tratando de encontrar un lugar para estacionarse y entrar para despedirse de los sacerdotes que dedicaron su vida y ministerio a favor de los habitantes de la Sierra Tarahumara.
Asimismo, frente al altar el arzobispo Constancio Miranda, acompañado del sacerdote Javier “Pato” Ávila a su diestra y el padre provincial jesuita Luis Gerardo Moro Madrid a su izquierda, iniciaron la misa exequial con el llamado a que ante la inesperada y dolorosa muerte de los clérigos, se hiciera un esfuerzo por levantar la fe a la mirada a Dios.
“Consternados ante este hecho, no podemos desesperarnos. La fe nos asegura que la vida de nuestros hermanos no ha terminado con esta muerte que contemplan nuestros ojos. Creemos que continúan viviendo en una dimensión distinta y ahora para nosotros incomprensible, pero no por ello menos verdadera”, expresó Constancio Miranda.
Los dos sacerdotes fueron asesinados el 20 de junio cuando un guía turístico ingresó a la iglesia de los padres pues estaba siendo perseguido por una persona armada.
Dicho sujeto armado presuntamente sería José Noriel alias “El Chueco” quien supuestamente disparó contra las tres personas.