China inició una serie de maniobras militares en torno a Taiwán, simulando un bloqueo de puertos y áreas estratégicas de la isla. El gobierno taiwanés condenó esta acción, calificándola como una provocación que amenaza la paz y estabilidad regional. Estas maniobras recuerdan los ejercicios realizados en mayo, también en el Estrecho de Taiwán, y refuerzan las tensiones en torno a la soberanía de la isla, que Pekín reclama como parte de su territorio.
Según el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán, China llevó a cabo simulacros de ataques sobre objetivos navales y terrestres, además de ensayar la toma de puertos clave. En respuesta, las Fuerzas Armadas taiwanesas se pusieron en alerta máxima y desplegaron unidades para defender su territorio. El Ministerio expresó su enérgica condena a las acciones “irracionales y provocadoras” de China, asegurando que Taiwán mantendrá su postura firme y no retrocederá ante las amenazas.
Las maniobras chinas se centraron en áreas estratégicas al norte, sur y este de Taiwán, donde se simularon ataques a puertos y el control de zonas claves de la isla. Li Xi, portavoz del Comando del Teatro Oriental del ejército chino, informó que las maniobras también incluyeron bloqueos navales y ataques a objetivos terrestres.
Desde hace años, China ha incrementado su actividad militar cerca de Taiwán, con frecuentes incursiones aéreas y movimientos navales. Aunque Pekín afirma que las maniobras son para "probar las capacidades conjuntas" de sus tropas, la creciente presencia militar ha generado preocupación en la región. China ha dejado claro que no descarta el uso de la fuerza para reunificar la isla con el continente, aumentando la tensión política y militar.
El Consejo de Asuntos Continentales de Taiwán, el órgano encargado de gestionar las relaciones con China, afirmó que la isla no cederá ante las amenazas chinas, ni en el ámbito militar ni en el político. Las autoridades taiwanesas sostienen que las maniobras buscan desestabilizar la región y socavar la soberanía de Taiwán.
Pekín, por su parte, ha mantenido su postura de que Taiwán forma parte de su territorio y considera las maniobras como una respuesta necesaria ante lo que describe como provocaciones. Sin embargo, las acciones chinas continúan recibiendo condena internacional, con preocupación por el impacto que podrían tener en la paz y seguridad de la región del Indo-Pacífico.
Taiwán, una isla con gobierno democrático, es considerada por China como una provincia rebelde desde 1949, cuando el Partido Comunista tomó el control de China continental y el gobierno nacionalista huyó a la isla. Desde entonces, Pekín ha presionado para lograr la reunificación, mientras que Taiwán ha fortalecido su democracia y defensa nacional con apoyo internacional, especialmente de Estados Unidos.
Las tensiones entre ambas partes han escalado en los últimos años, y con estos nuevos ejercicios militares, la posibilidad de un conflicto armado en la región sigue siendo una preocupación latente.
