Las elecciones legislativas anticipadas en Francia han arrojado resultados históricos, con la una victoria notable en la primera vuelta de la ultraderecha, liderada por Marine Le Pen. El partido Agrupación Nacional (RN), junto con sus aliados, logró más de 34 por ciento de los votos, dejando atrás tanto al bloque centroderechista del presidente Emmanuel Macron, que quedó en tercer lugar, como a la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), que consiguió entre 28.5 y 29.1 por ciento de los votos, según estimaciones de los institutos de sondeo Ifop e Ipsos.
Marine Le Pen celebró los resultados en Hénin-Beaumont, destacando la casi desaparición del "bloque macronista" y subrayando la necesidad de obtener una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. La segunda vuelta, programada para el 7 de julio, será crucial para determinar si el RN puede alcanzar esta mayoría y consolidar su poder en la cámara baja del Parlamento francés.
Ante este panorama, el presidente Emmanuel Macron ha hecho un llamado a una "unión amplia claramente democrática y republicana" para enfrentar a la ultraderecha en la segunda vuelta. La victoria de RN representa un desafío significativo para Macron, quien ha tenido que enfrentar una serie de problemas políticos y sociales durante su mandato.
El líder del RN, Jordan Bardella, se perfila como el potencial primer ministro si su partido logra la mayoría absoluta. Sin embargo, esto depende del resultado final de la segunda vuelta. Si Bardella no obtiene la mayoría necesaria, Francia podría encontrarse en un escenario de "república bloqueada", donde ninguna fuerza política tendría el control absoluto, complicando la gobernabilidad del país.
En este contexto, la posibilidad de una cohabitación entre un presidente de centroderecha y un primer ministro de ultraderecha plantea desafíos significativos para la estabilidad y el funcionamiento del gobierno francés. Esta situación sería la primera desde la Segunda Guerra Mundial en la que la ultraderecha podría alcanzar el poder en Francia, sumándose a otros países europeos gobernados por tendencias similares, como Italia.
La Constitución de la Quinta República de 1958 no impone restricciones al presidente a la hora de seleccionar y nombrar al primer ministro, pero sí debe tener en cuenta la mayoría parlamentaria. Si el primer ministro carece del apoyo del Parlamento, la Asamblea Nacional votaría una moción de confianza, obligando al Gobierno a presentar su dimisión al presidente. En caso de que RN obtenga la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional, Macron tendría que ofrecer el cargo de primer ministro a Bardella, aunque esto requeriría que RN obtenga la mayoría absoluta de escaños parlamentarios.
La cohabitación política en Francia implica que el presidente y el primer ministro, procedentes de partidos diferentes, deben trabajar juntos por el bien del país. Durante una cohabitación, hay funciones del presidente que se transfieren temporalmente al primer ministro, quien se encargaría de las directrices políticas generales, especialmente en política interna. Sin embargo, en política exterior y de seguridad, el poder se comparte entre el presidente y el primer ministro.
La historia de la cohabitación en Francia muestra que esta situación puede conducir a luchas de poder entre el presidente y el primer ministro. Un ejemplo notable es la primera cohabitación bajo el presidente socialista François Mitterrand, quien tuvo que trabajar con los primeros ministros gaullistas Jacques Chirac y Edouard Balladur en diferentes periodos.
El resultado de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia será fundamental para determinar el futuro político del país. La posibilidad de una cohabitación entre Macron y Bardella plantea interrogantes sobre la estabilidad y el funcionamiento del gobierno francés. Además, si RN obtiene una mayoría relativa, sin alcanzar la mayoría absoluta, podría llevar a un bloqueo político en la Asamblea Nacional, complicando aún más la gobernabilidad.
En este contexto, las elecciones reflejan un cambio profundo en el panorama político francés, con la ultraderecha consolidando su posición y desafiando el orden establecido. La respuesta de los votantes en la segunda vuelta será crucial para definir el rumbo que tomará Francia en los próximos años, y la manera en que Macron y Bardella podrían trabajar juntos, en caso de que RN alcance una mayoría parlamentaria.