• 02 de Mayo del 2024

Detonante en microficcion de Karla Barajas

Carmen Concha-Nolte

 

 

Karla Barajas Ramos (México) ha publicado Valentina y su amigo pegacuandopuedes, Noche de los muertitos malvivientes (2016). Sus creaciones aparecen en antologías, revistas, semanarios y revistas especializadas. Su más reciente trabajo como antologadora es Amor-es. Antología de minificción mexicana, cuidadoso volumen de descarga gratuita.

Nuestro objetivo es aproximarnos a una de sus últimas microficciones que apareció en Alquimia Literaria, N.71, titulada «Estallidos emocionales» e inspirada en el cuadro «El Jardín del amor», del pintor Pieter P. Rubens.

Partimos de que el título de la microficción nos anticipa el detonante de un estado emocional. En el texto predominan tres sentidos. Según su orden de importancia son: el tacto, la vista y el oído. La protagonista «apresurada», después de haber perdido un hijo, se «quita» sus prendas, se «frota», «masajea», «apreta» sus pezones y pechos en señal de liberación. Las acciones estimulan el enrojecimiento facial e impulsan una queja o «gemido» en el momento en que se expulsa el calostro; «la leche salió disparada», anota el texto. La leche contenida en forma de rocío pasa desapercibida por la familia reunida, incluso no ven a la joven que se «desmayó».

Posteriormente, la protagonista emplea la locución verbal «no tiene sentido» como algo inútil, que no dará resultados «derramar más líquidos». Observamos que textualmente no aparece llanto ni lágrimas, pero nos deja entrever que sus ojos lloran o están levemente lacrimosos, como lo constatamos en «mis ojos… todavía fluyen por él». Finalmente, se compara a «aquella Diosa en su fuente, en «El Jardín del amor» (diosa -desprovista de ropa- en la parte superior derecha de la obra pictórica).

En resumen, es una extraordinaria minificción en la que distinguimos una detonación somática ante una pérdida. Destacamos el sistema conectivo entre la mujer que parió, la falta de succión por la ausencia del vástago y el persistente recuerdo.

Aplaudimos las creaciones magistrales de Karla Barajas. Invito a leer la microficción aludida.

Estallidos emocionales

Entré apresurada a la casa. Me quité el vestido y el ceñidor. Comencé a frotarme los pezones, a masajearme los pechos combos y pesados. Terminé apretándolos. Me puse de cuclillas. Sentí la sangre irradiando mi rostro, emití un gemido cuando mi leche salió disparada y llegó hasta donde la familia se reunía. El rocío no incomodó a nadie ni siquiera notaron que me desmayé del dolor.

Y aunque no tiene sentido derramar más líquidos por el niño que perdí, mis ojos y mis pechos todavía fluyen por él, como los de aquella Diosa en su fuente, en «El Jardín del amor».

 

 ***

 

Carmen Concha-Nolte (Perú). Lingüista, poeta, cuentista, crítica literaria. Ha sido incluida en dieciséis antologías, destacando El verdadero nombre las cosas (alumnos 21-22), Escuela de Escritores, Madrid. Ha analizado poesías, cuentos, libros. Sus trabajos se difunden en quince revistas. Ganó el Premio Péndola Dorada 2022. Vive en Washington.