• 09 de Mayo del 2024

Berta Assef, la más francesa de las argentinas con talla Eiffel

 

 

No hay quien deje de sorprenderse por su nivel cultural, sencillez y dulzura, dijo Laura Ballatore

 

 

Carmen Concha-Nolte

 

La maestra Berta Assef es la más francesa de las argentinas, título nobiliario que se ha ganado con creces. Ella sigue haciendo historia como su icónica Tour Eiffel, de allí que su talla, su dimensión en conocimiento alcance un ponderado Eiffel.  Cientos y cientos, y miles de jujeños, argentinos y extranjeros, en los que me incluyo, reconocemos su excelencia en la enseñanza de francés, arte y otras disciplinas. A sus 77 años, mientras yo escribía este artículo, la argentina más francesa estaba de vacaciones en Europa. Me dejó un mensaje, en unos días me voya mi querido París, trasmitía ilusión; sonaba dulce.

Berta es dulce y no por frecuentar la confitería a menudo, sino por su temperamento afable, abierto a la charla, a una clase amena y productiva, seguro que productiva, por eso ha cosechado miles de discípulos y admiradores en diferentes ámbitos y lejanos continentes. Esta dama azucarada no consume azúcar, usa edulcorantes desde temprana edad.


Foto: capturada online.

Conocerla ha sido gratificante. No hay quien deje de sorprenderse por su nivel cultural, sencillez y dulzura, dijo Laura Ballatore, y añadió, no percibo en otros su espíritu libre y joven. Su apertura mental no coincide con los de su misma edad. Berta habla con maestría de cualquier tema; no pasa desapercibida. Ambas asistimos a un taller poético. Su poesía es sublime, muy buena.; no cae en el erotismo. Su testimonio impactó a todos: conocí el cielo y el infierno… Parecía que los asistentes virtuales éramos sus alumnos de una clase sobre incongruencias de la vida. Me felicito de coincidir con ella en ese taller. Gracias a ese encuentro, hoy puedo perfilar su talla Eiffel.

Enseñar francés, una de las lenguas más musicales y diplomáticas del planeta, ennobleció más su corazón de Berta, y la encumbró al arte escénico. La comedia la disfrutó a sus anchas con sonrisa amplia y juvenil, aunque reconoció: no me salen las carcajadas. Sin embargo, su vida se mantuvo distante de las obras interpretadas; no siempre se ríe en el relieve que ella pisa… he sido la peor jueza de mí misma, me confesó. Trabajó en teatro vocacional. Admitió que no había besado a actores. Agregué, ¿Y si te asignaban besar a …? Añadió, Lo hubiese besado con todas mis ganas. No se escaparon los momentos en que le añadía picardía al libreto, pero a mis compañeros les pasaba su parte puntual. A propósito, le comentó a su médico que se olvidada de algunas cosas. ¿Se olvida del libreto? No, eso lo recuerdo perfecto, doctor.  Entonces, son olvidos simples, involuntarios, repuso él.

Berta Assef, como cualquier acto involuntario, es distraída y ha aprendido a reírse de sus errores. Por años, dejó de lado las agendas. La mejor agenda es un papel en el espejo de su dormitorio. Nuestras conversaciones, por WhatsApp, fueron a las cinco de la tarde, hora argentina. Nos reímos al remarcar «A las cinco de la tarde» como versa el poema de García Lorca. Era puntual. Me expresaba, me hace bien hablar con vos. Un día estuvo medio reclinada; corrigió la postura y añadió, es una falta de respeto no estar bien sentada.

La maestra Berta Milagro tiene dos patrias nada vecinas: Argentina-Francia. La primera, por nacimiento; la segunda, por elección. A San Salvador de Jujuy, Argentina, llegó su madre Yazmín desde Siria; en el mismo grupo arribó Karim sin imaginar que se casarían. Tuvieron seis hijos, Berta fue la más pequeña y consentida de papá, a quien perdió cuando tenía cuatro años. Sobre Francia, desde que escuché dos, tres palabras, me enamoré del francés. Educó su oído con canciones, cintas ... Al poco tiempo, atendía a las delegaciones francesas siendo una jovencita. Difícil no definirla como francesa. Es una lectora compulsiva que, a pesar de que no se los retornen, aún sigue prestando libros. Charles Aznavour y Edith Piaf fueron sus ídolos y maestros. No es coincidencia que Edith y Berta remarquen una «f» en su talla Eiffel: Piaf / Assef.

Con sesentaicinco años dedicada a Francia, ha sobrepasado a millones de nativos en cariño, fineza y talla. Bueno, con los franceses me ocurre algo especial: siempre hay una conexión inmediata, declaró. Su sabiduría y acento la colocó como reconocida maestra de la Alianza francesa de Jujuy. Ella inauguró cursos de francés para niños en la A. F., porque Berta aboga por la educación. Una sobrina nieta, en un partido de fútbol, dijo convencida: Ya sé, tía Berta está a favor de Francia. Cuando se animó a escribirle a Charles Aznavour, éste le respondió a través de Mischa Aznavour (v. foto): Querida Berta: Mi padre ha bien recibido vuestro encantador correo […] Él se emocionó mucho por vuestra gentileza y le envía toda su amistad.



 Foto: cortesía de la entrevistada.

Le gusta retocar su figura. Usa reloj pulsera, sortijas, aretes, una cruz. Sus gafas (lentes) nos dejan ver sus encantadores ojos verdes. Es sensible a los olores. Le encantan el sombrero y la boina. Suele comer algo ligero. Mejor que un piropo tradicional, ama que le alaben sus ojos y sonrisa. La pasa muy bien viendo el canal Disney Junior, porque los Noticieros son para llorar. Siempre mantiene las puertas abiertas para charlar. Nunca le ha gustado ser mantenida.

Queca, como la llamaba el padre, también fue maestra innata en la pista de baile, sobre todo de tango y danza árabe. Este último lo cultivó desde adolescente. Su madre se sorprendía al verla contornear sus caderas. La última vez que bailó tango fue con una pareja altísima; todo salió de maravilla. Hasta los sesenta y chirola -antigua moneda argentina de corto valor- bailaba toda la noche. Medía un metro cincuenta. Con el paso de los años, una leve artrosis ha mermado un poco su físico. Creo que he perdido elegancia al caminar, dijo la más francesa de las argentinas. Y, recordó: Argentina ocupaba el sexto lugar en el mundo; la porteña era una mujer elegante. Ahora, convencida del beneficio de la gimnasia, pilates, fisioterapia, asiste a sesiones.

 

Foto: cortesía de Marcela Assef

En los quehaceres de casa, le ayuda Olga, quien guardó la nota original de Aznavour en un libro, pero no podía encontrarlo. No me puedo enojar con ella, Olguita nació con su jorobita y me ayudó a cuidar de mami, me aclaró. A Berta no le gusta la decoración sobrecargada. Tiene cuadros que le regalaron amigos. Su refrigerador está lleno de imanes, y es fácil reconocer decenas de viajes. Durante el día permanece en su trono, un sillón cómodo. Por las noches, lee mucho, escucha música clásica y al virtuoso D. Garrett. Su cabello ostentaba un rubio platinado. El padre fue pintón con ojos azules. Sus rulos son naturales (v. foto). De joven se estiraba el cabello de mil formas. Hoy dice, adoro mis rulos. Su peluquero vive arriba de su departamento, pero prescinde de él, porque no se tiñe más el cabello.

Foto: Cortesía de la entrevistada.

Le impacienta que la gente viva con el «por si acaso». Le frustra el estribillo de los médicos refiriéndose a su controlada artrosis: Qué sería si no hubiese hecho tanta actividad. En algunas circunstancias, me he guardado mis respuestas para beneficiar a otros, dijo sopesando sus problemas digestivos. De niña no sabía cómo defenderse. Sólo le desobedecía a su mami cuando se soltaba de su mano para consolar a los perros callejeros… los orejeaba, acariciaba. De educar a un hijo le hubiera repetido Entra al mundo, tú vales; pisa fuerte. La baja autoestima ha rondado, inevitablemente, la vida de la maestra más francesa.

La más francesa de las argentinas conduce su auto; en el timón sobresalen sus uñas pintadas. Una tarde, en el parqueadero, se encontró con un amigo bailarín. El pobre había enviudado. Ella dijo, Yo vivo aquí, tengo mi departamento que compré hace años. Este evaporó la pena por su difunta y agregó: estoy buscando compañía. La sagaz maestra respondió, Te puedo presentar a una amiga. El bailarín enfurecido dio media vuelta. Ella subrayó vos sabés, ya no estoy para mantener a un jovencito, ni para cuidar a un hombre mayorSi vieras cómo le cambió la caraQueca también es maestra de los imprevistos.

Imprevistos, casualidad y entrega gobernaron parte de su vida. En los 60´s, reemplazó a una maestra y descubrió la fascinación de enseñar a chicos. De manera intuitiva, empezó a laborar con niños sordos. Fue y es defensora del método inclusivo con énfasis en lectura labial, articulación, ritmo. Estos chicos tienen una vista exacerbada, sentenció. En este campo trabajó más de treinta años, y fue lo que más satisfacciones le dio, a pesar de que menos docentes apuestan por esta área. Esto demanda mucha energía. Los jóvenes están perdiendo la gestualidad, enfatizó. Actualmente, sus exalumnos destacan en diversas áreas. Unos han llegado a trabajar de cafeteros en el congreso argentino.

Foto: El Tribuno (entrevista de Celeste Marcóniz)

La acústica, compañera inseparable de su vida, la llevó de la mano a conducir Voila la France en Juradio.com. Este programa fue auspiciado por la Alianza Francesa y Radio Universidad. Siempre dijo, sentía felicidad al hacer mi programa. Salía los martes y se repetía los sábados y domingos. Estuvo en el aire por dieciocho años. Hablaba de historia, literatura y ponía canciones en francés que luego traducía para su audiencia. No faltaron quienes preguntaban por una receta de cocina, pero yo no soy muy buena en la cocina, confesó. Aunque reconoce: el éxito de la comida está en el vino. Bueno, últimamente, me he vuelto floja para el alcohol, concretó.

Prefiere el nombre de maestra al de actriz, bailarina o escritora. En una u otra profesión, siempre la reconocen en la calle. En 2017 publicó su poemario Entre la piel y el corazón; en 2021, Desde el lejano Medio Oriente, prologada por Braulio Senda. En este último, narra la travesía familiar desde Oriente Medio hasta Jujuy a principios del siglo XX; en la segunda parte, “A la distancia nos conocimos…”, describe su amor pleno. Berta desde joven escribía mucho sin compartirlo hasta que decidió destruir sus escritos. Después de años, compuso un monólogo aplaudido por un director. Finalmente, comprobó lo hermoso que es compartir. Desde allí, hice talleres de todo. Gracias a este gesto, hoy reconocemos y aplaudimos la talla de la maestra Assef.

Foto: Cortesía de Ediciones Pyrautas..

Ella, lo dije, es una lectora compulsiva. Da cátedra sobre Silvina Ocampo, lenguaje, arte. Ha leído a Saussure, Malraux, Sartre. Le encanta el impresionismo. En francés leyó a Cortázar, Sábato, a tantos, y a los poetas malditos, de los que podría hablar horas y horas sin pausa. En las tertulias, charlas, siempre, lee los poemas en francés y después pasa a traducirlos, pues considera falta de respeto obviar la lengua originaria. El simbolismo debe estar bien representado para que llegue a ser, explicó.

Desde los 19 años, que empezó a trabajar, se convirtió, hasta la fecha, en una incansable viajera. Primero conoció Mar del Plata, las playas calientes de Brasil hasta llegar a Punta Cana, y continuó recorriendo el mundo. Es fanática de los cruceros, en uno de ellos conoció a su amiga Jacqueline, porque con los franceses inmediatamente hago conexión... A Siria viajó con su amiga Laura Ballatore. Entre todos sus viajes, éste fue el itinerario más preciado: se reencontró con sus ancestros. Conoció la casa materna y reconoció fotografías familiares. A la deslumbrante Polinesia francesa voló dos veces. Ese septiembre del 2022, planeando su viaje a Europa, Pedrito, vendedor de su agencia de viajes, le dijo Ay, señorita Berta, siempre me dice que es el último viaje. Su amiga Laura hizo hincapié, tiene la capacidad de tomar la esencia de los lugares y personas que conoce en sus viajes.

El amor sonó intermitente en su vida. Dos veces escapó del matrimonio (25, 29 años). Se preguntaba si estaba lista para convivir y mantener su vida acorde a las expectativas sin que nadie domine al otro. Estas experiencias fueron sorbos cortos hasta que los sorbos largos se asomaron en la madurez. Le presentaron a Omar. Al saludarse, no nos soltábamos las manos. Fue un engranaje perfecto. También lo definió como un «amor loco». En el romance le ganábamos a Romeo y Julieta. Pero, él era gay, y no se reconocía como tal. Su deseo era cambiar. Entre planes a futuro, cayó una expareja. Cada uno canalizó la situación a su manera. Después, hubo amoríos sin importancia hasta que apareció un amor irrebatible, esta vez para siempre.

Siempre es una palabra esquiva, encogida en la nada. Nada dura para siempre. En uno de sus tantos días de celebración y baile, apareció Mario, sin que el encuentro fuera un flechazo a primera vista por parte de Berta. El la persiguió. Insistió en llamarla. Ella colgaba el teléfono sin ubicarlo físicamente. El pretendiente persistió. Finalmente, ella accedió al encuentro. Y el amor se desbordó en respeto, apoyo mutuo, viajes inolvidables, atenciones: me daba el pan en la boca… Vivieron más de veinticinco años de novios grabados a fuego hasta el último adiós envuelto en palabras francesas, la lengua de su amada: embrasse-moi, je t´aime (bésame, te amo), y partió. Ella, muchas veces me ha repetido fue un amor precioso. Las personas se lo dejan saber a su modo, se lo repiten a solas, al unísono: después de la partida de Mario, ya no volviste a ser la misma.  A pesar de esta gran ausencia, su corazón es el mismo y se ensancha con el paso, hoy, corto de los años, pero, a su tiempo bien invertidos, iluminados y empinados hasta rozar Eiffel, su talla.

Sus 77 años han sido disfrutados en muchos rincones del mundo y, spécialement en su amada France, tan amada como el tiempo al servicio del magisterio argentino. Sus años representan un ícono semejante a su Tour Eiffel.

Ante todo, la más francesa de las argentinas, Bertita, continúa regalándonos amistad, conocimiento y frases geniales para toda edad: Puede tener ojitos de cielo, pero hasta que no conozca sus atributos no me convence. El dinero ensucia el amor. No permitan insultos; el golpeador vuelve. Si alguien domina, no hay felicidad. Lo que no se habla, crece.

 

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Carmen Concha-Nolte (Perú). Lingüista. Maestría en Literatura. Poeta. Reseña textos. Aparece en antologías: No solo palabras; Rumbo a los sueños; Antología de Poesía, Trinando 2022; Antología 2021, Tx: El verdadero nombre las cosas (alumnos 2021-22), Escuela de Escritores, Madrid; Tigres para Juan, Brevilla, CL 2022. Sus reseñas y obra se publican en Alma Mater, Kametsa, Las Críticas, Crear en Salamanca, Inmediaciones.ogr, El Signo Invisible, entre otras. Vive en Washington, USA.