Cuando nos referimos a la novísima poesía mexicana, estamos hablando de los poetas que están escribiendo y publicando aquí y ahora, y que los vinculan ciertas afinidades e incluso diferencias, pero que, en cierta medida, son hijos de una tradición con la que se identifican y la cuestionan.
Cierto que se utiliza la expresión para agrupar estéticas y propuestas poéticas a veces disímiles, y que dicha ligereza lleva a un análisis bastante llano. Pero igualmente cierto es que los escritores entablan un diálogo con la realidad que los circunda y que ese contexto compartido, así como otras circunstancias, generan ciertos denominadores comunes que puede ser útil señalar para entender por qué los poetas escriben lo que escriben.
Hice una pequeña selección de poemas de poetas con los que seguramente pronto el lector se irá familiarizando. Este universo poético se caracteriza por el texto de apertura, por un tono mesurado, acompañado de un gesto reflexivo que aleja el poema de la retórica, el giro forzado y las elucubraciones sofisticadas, a veces caras en algunos de nuestros poetas mayores.
Apostar por los poetas que van abriendo brecha dentro del estadio, a veces inhóspito, de las letras es también acompañarlos porque las resonancias de sus voces han tocado puntos de coincidencia. Pamela, Mariana, Angiie, Abraham, Liz, Rebeca, Simón, Litzy, Araceli, poetas mexicanos que forman parte ya de la nueva poesía que se está escribiendo en México. Son voces que buscan la luz, la lectura, el sacudimiento de la poesía de entretenimiento, voces que van definiendo y reafirmando estilos. Que el lector, como siempre, sea el juez en una lectura inteligente y sensible.
PAMELA GONZÁLEZ OSORIO
El agua vuelve al agua
A veces crece el río y le pregunto
¿iré a tocar el día?
Y hundo las manos en el porvenir
se me escapa la tierra
y el agua ya me arrastra, me golpea
empedrada de gritos
Palabras, hojas, tiempo, arena, pasan
sin aromar la piel
¿dónde queda el amor después del cuerpo?
mera roca de luto
Naciendo estridente bajo el agua
canto roto de auroras
Siento raíces llenando mis ojos
extrañas de la luz
Retengo una bocanada del día
queda el eco soñando
Cedo la última brasa, así anochece
y el agua vuelve al agua.
MARIANA OLIVEROS
Olvida vejez, espejo
La cabeza tiñe blanco
y la piel es ente ajeno
cuando el alma se libera
de la exigencia del cuerpo
¿cambiar plata gozando oro?
Pensamiento no certero
creerse y crearse eterno
olvida vejez, espejo
¿cambiar plata gozando oro?
Galanterías, cortejos
gozando la juventud
incomprendido es lo viejo
¿cambiar plata gozando oro?
olvida vejez, reflejo.
ANGIIE GÓMORA
Luna
Luna sin abandono te suplico
Debes acompañarme sin descanso
Frías vicisitudes y me canso
Ellas acechándome en abanico
Máxima pesadumbre emocional
Llegan espeluznantes pensamientos
Siento que me derrumbo por fragmentos
Esto es un espectáculo bestial
Mi alma atemorizada te requiere
Luz que nos entrelaza y tranquiliza
Brillas exterminando lo que hiere.
Ráfagas de la luz que se desliza
Llena de fortaleza. Lo que quiere
Ella, es mi renacer de la ceniza.
ABRAHAM CAMPOS
Falso esclavo
Te condenaste forastero a la cadena.
Increpas la atadura al recuerdo
Sirves al amo con desidia:
porque la autonomía es un viaje
que se fragmenta al matiz de huellas
y la vida de servicio es de fácil toma.
Usurpas la comida y el reclamo
al vuelo de monedas
y aun así:
mancillas al que sirve con castigo
murmurando tras la celda sin barrotes
el conjuro a la promesa
a la sombra del sigilo
escarbando el propósito
que se aferra; atiborrada de sanguijuelas
sacudiendo el látigo de la pesquisa
Mi cuerpo es todo de agua y transparencia,
y la llaga cavila:
vestida de lluvia interior,
tu albedrío un festín de estiércol
que refleja el desencanto de tu paso
el peso inverosímil de la cadena
que roba tu aliento.
Miras con desdeño el tuétano de tu envase.
Miras tu intima nada
Miras la soga…
Y besas el cumulo de monedas
buscas el precio, ¿Y qué encuentras?
Que un esclavo vale mil veces más:
que habitas en medio.
LIZ LUNA LÓPEZ
Flores y centellas
De las ruinas ha nacido una estrella.
En la muerte ha sido siempre su origen.
Incierto es el rumbo al que se dirigen
y eterno el derrotero de ronzuella.
En cada extremo del mundo una armella
apuntala a los visillos que erigen
balcones, por si mis ojos exigen
retoñar en tu mirada centella.
Estos ojos perdidos en tu vida.
Tu vida, que es rimero de heliotropos,
vendaval, relámpago, hacha hendida.
En este corazón, tronco de chopos,
endeble ante tu presencia florida.
Firmamento incontenible de hisopos.
REBECA ATAYDE
7:00 pm
Piel de mar cuya boca es dulce río
Me sacia en el reposo de tu pecho
Limpia residuos de un mundo maltrecho
Tu beso me rescata del hastío
Resguardamos a la tarde del frío
De lo externo, que está siempre al acecho
El tiempo en nuestra contra está, sospecho
Retenerlo… No hay mayor desafío.
SIMÓN JUÁREZ
Los demonios
Quiebran la calma nubes de tormenta,
pueblan la noche trágicos lamentos,
suenan a marcha fúnebre los vientos,
llega silbando miedo que se asienta.
Cada vez más cercanos los tambores,
se oyen marchar afuera los demonios,
muertos sin fin, son mudos testimonios,
soles sin luz, auroras sin colores.
Cierro con fe mis débiles cerrojos,
para bloquear embate del maligno,
quiero borrar nariz, boca, mis ojos.
Todos anclados bajo mismo signo,
hito social que aplaca mis enojos,
sé que un mejor empeño me hace digno.
LITZY PAYÁN
Acuática región
Mi cuerpo es todo de agua y transparencia,
vaivenes viajan, buscan al guijarro
que incite roce, carne en pecho agarro,
las gotas dan mitades de mi esencia:
el arrebol irradia un hemisferio,
nubarrón lluvia encierra en el segundo.
De mi ser brota pétalo fecundo
emite aroma puro en cautiverio.
Los navegantes van a mi región,
alguno acerca manos y ennegrece
ecosistema, injuria el corazón.
Otro curioso, en cambio, se humedece
rostro en mis cauces, sana la afección
palpa las flores tristes, enverdece.
ARACELI AMADOR VÁZQUEZ
Madurez
surco de melancólicos horrores,
emerge de los mares escarlata
labrados de pasiones.
Es la segunda niña
gastada en mis arrugas
no hay vientre ni ilusiones,
se amamanta de recuerdos, dolores.
Conoce la juventud primeriza,
son hermanas de carne
una es pátina que los años cubre.
La otra es horno donde se funde el bronce.